El operativo para desalojar 17 de las viviendas de la manzana más conflictiva del barrio de sa Penya ha empezado esta mañana con los cortes de los servicios de luz y agua a las casas. Los operarios de Endesa también han procedido a la retirada de los cableados exteriores para evitar los reenganches ilegales.

Según uno de los okupas, la mitad de las familias habrían aceptado in extremis la oferta del Ayuntamiento de Vila de pagarles el viaje a la península, donde residen algunas de sus familias.

Según ha detallado, ocho de las familias se han ido ya del barrio para trasladarse a Granada y Valencia. Además del coste del viaje, los Servicios Sociales se hacen cargo de su alojamiento durante un mes con una ayuda adicional de 200 euros mensuales, ha relatado.

El operativo discurre con normalidad y entre fuertes medidas de seguridad. Los antidisturbios desplazados desde Valencia mantienen el barrio totalmente cerrado. A las 8.30 horas se han cerrado los accesos a los medios de comunicación y a partir de las nueve tampoco se ha permitido volver a la zona acordonada a los vecinos.

En uno de los puntos de control establecidos por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han escuchado gritos de protesta procedentes de la manzana donde se realizan los desalojos, aunque estos aún no han empezado. Se ha informado a los vecinos de que se procederá a su desalojo de uno en uno y también se están procediendo a romper los tabiques interiores de las casas vacías para evitar que se vuelvan a ocupar.

El Ayuntamiento informará a medio día de la evolución del dispositivo. El concejal de Patrimonio, Pep Tur, será el encargado de proporcionar los detalles. Según han adelantado ya, los servicios sociales del entorno de sa Penya trabajan hoy volcados en atender a las familias desalojadas, con un total de cinco asistentes sociales en la UTS sa Miranda.