Mientras aguarda en Moscú, María Teresa se trasladó del hotel Volga donde vivía los primeros seis meses a un apartamento por el que paga 1.000 euros al mes, porque le salía más barato, según información de ABC. «Me las arreglo bastante mal, sin saber ruso y con un inglés deficiente, voy a la compra y cojo lo que veo. Tengo un diccionario pero no puedo hacerme entender», dice. «Se me está acabando el dinero, así que dentro de poco tendré que pedir limosna delante del Consulado. No tengo ni cuna y duermo con la niña en la misma cama», afirma a ABC. «Pero yo no me voy de Rusia sin mi hija y desde luego lo que quiero es volver a España».