La globalización es imparable. Hace ya años que la festividad de Todos los Santos, que se celebra hoy, comenzó a coquetear con el Halloween de origen céltico. Desde entonces los panellets y las velas para guiar a las ánimas conviven con máscaras, caramelos y fiestas góticas. Mientras los colegios y algunas entidades como el Institut d´Estudis Eivissencs (IEE) batallan para conservar las tradiciones propias de la isla en estas fechas, la mayoría de la sociedad se ha rendido al encanto de los disfraces y la decoración tétrica.

En la mayoría de los centros de Primaria esta semana ha habido actividades relacionadas con la celebración del Día de Difuntos: talleres para aprender a hacer panellets, trencades de frutos secos y confección de farolillos que, a menudo, coinciden con fiestas de disfraces, manualidades para dibujar y recortar murciélagos y túneles del terror.

Un buen ejemplo de esta fusión es el colegio Can Cantó, donde siempre se había organizado una trencada por estas fechas pero, desde hace algunos años, se han «adaptado» a la moda de Halloween y hacen «un mix» de tradiciones. Durante toda la semana los profesores de inglés han hecho manualidades para decorar los pasillos con elementos de Halloween, pero también se ha instalado un puesto de frutos secos. Hoy los pequeños saldrán al campo a comer frutos secos, acompañados por sus profesores y una persona ataviada de castañera.

Pócima mágica

Pero después volverán al colegio para disfrutar de la fiesta de Halloween en la que se servirá la ya popular pócima mágica elaborada por los alumnos de sexto, que, terroríficamente disfrazados, la venderán para recaudar fondos para su viaje de estudios. Otra tradición foránea a la que ha sucumbido esta escuela es el ´truco o trato´. Los alumnos de Infantil pasarán por todas las aulas de Primaria reclamando sus caramelos. «Los niños están fascinados por Halloween y todos están invitados hoy a alguna fiesta de disfraces en casa de alguien», confiesa la jefa de estudios de este centro.

En los institutos ya han renunciado a Todos los Santos y han sucumbido a Halloween. No celebran fiestas como sí hacen los colegios, pero en el de Sant Agustí, por ejemplo, los estudiantes se han dedicado esta semana a hacer calabazas para decorar el edificio con la ayuda de un profesor del departamento de lenguas extranjeras. Aunque hoy no haya fiesta programada, siempre hay algún alumno que de forma espontánea decide acudir a clase disfrazado y exactamente lo mismo pasa en la Escola d´Arts, donde, además, los estudiantes tienen mucha maña y consiguen unos maquillajes muy logrados.

El IEE decidió, hace ya algunos años, contraatacar ante la invasión de zombies y vampiresas y organiza puntualmente una trencada de pinyons. La de este año se celebra en la plaza de Jesús donde, a partir de las 11 horas, habrá talleres para elaborar bunyols, panellets y rosaris dolços. La trencada se alargará hasta bien entrada la tarde, con frita de porc y xacota payesa de por medio. Esta institución advierte de que la fiesta de Todos los Santos está dedicada al recuerdo de los difuntos y que es costumbre visitar los cementerios y depositar coronas y ramos de flores sobre las tumbas de familiares y amigos. Constatan, sin embargo, que la relación de la sociedad con la muerte ha cambiado, se ha banalizado y se ha transformado en fiesta.

Más que una fiesta, para la tienda de disfraces La Cucaña Halloween es el momento de mayor trabajo del año. Hace mucho que las ventas para esta celebración superaron (hasta mutiplicarlas por tres) a las de Carnaval. De hecho, el propietario ha tenido que duplicar su plantilla estos días para atender a la demanda e incluso ha contratado desde el miércoles hasta hoy a un vigilante de seguridad en previsión de la avalancha de clientes que esperan (repitiendo así el patrón de los últimos años).

Carne artificial

El encargado de este establecimiento, Galo, asegura que Halloween es una fiesta «más de adultos» y que vende más maquillaje que disfraces. «La gente se gasta más dinero y quiere más calidad que en Carnaval, preparan disfraces más elaborados y dedican horas a elaborar sus cicatrices con carne artificial siguiendo tutoriales», explica. Sus clientes, en estas fechas, son propietarios de locales de hostelería que buscan telarañas o calabazas luminosas para ambientar la velada, pero también sus clientes, que buscan la caracterización más impactante para acudir no solo a los bares sino a restaurantes o agroturismos que ofrecen esta noche menús escalofriantes con cócteles embrujados o currys sangrientos. Los disfraces, que se venden por doquier, pueden adquirirse también en jugueterías y tiendas de ´Todo a?´ sin que la diversificación de la oferta haya supuesto perjuicio para nadie porque hay mercado para todos.

Para Isis Johnson, y especialmente para su hija, Halloween es una celebración irrenunciable. Tras trasladarse a Ibiza desde EE UU ha intentado que la chica pueda seguir preguntando disfrutándolo y ha puesto en marcha toda una campaña. Más de 30 comerciantes de Vila y algunos de Santa Eulària y Sant Antoni se han sumado a ella y han colocado en sus escaparates carteles en los que se lee ´¿Truco o trato? Aquí´. La idea es que los grupos de niños disfrazados puedan acudir a estos establecimientos esta tarde, entre las 17 y las 20 horas, para recibir caramelos de quienes voluntariamente se han adherido a esta peculiar «iniciativa popular». Johnson incluso ha impreso trípticos dando indicaciones a las familias, los niños y los empresarios colaboradores para que la jornada sea un éxito.

Tots Sants puede todavía hacer frente al seductor Halloween a través del estómago. Bunyols, panellets, pets de monja, paciències y otras delicias pueden encontrarse todavía en las pastelerías isleñas. En La Canela, por ejemplo, aparecen tras las vitrinas tres tipos diferentes de panellets y, desde el miércoles, deliciosos bunyols. Sin embargo, Halloween entra tanto por la boca como por los ojos y lo hace en forma de muffin, otra importación que ha arrasado. El primer día que se pusieron a la venta las magdalenas, con sus coberturas de colores adornadas con gominolas en forma de calabaza y telarañas de chocolate, desaparecieron todas las bandejas. Hay tentaciones que levantan a un muerto.