Entran de noche en una gasolinera por una ventana y roban 500 euros

­Uno o varios ladrones entraron la noche del domingo por una ventana en la estación de servicio Cedipsa, situada en la carretera de Santa Eulària, que se encontraba cerrada, y robaron el dinero que quedaba en la caja registradora de la recaudación del día anterior, algo más de 500 euros, según ha podido saber este diario.

En la grabación de las cámaras de seguridad se observa a un hombre que cubre sus manos con guantes y su cabeza con un pasamontañas dentro del minimarket de la gasolinera, donde accedió a la caja y se apropió del botín, según informaron fuentes conocedoras de lo sucedido. A la hora del cierre de esta edición no había transcendido que la Guardia Civil hubiese arrestado al o a los delincuentes. Un portavoz del instituto armado habló de un robo fallido, aunque otras fuentes aseguraron que se llevaron más de 500 euros.

La pequeña gasolinera situada justo después del desvío a Sant Joan, si se circula en dirección a Vila, cerró sus puertas el domingo sobre las diez de la noche. Cuando llegaron ayer los empleados, poco antes de las siete de la mañana, se dieron cuenta enseguida de que les habían robado.

Paredes consistentes

En una de las paredes de la estación de servicio de Cepsa vieron un agujero, de unos 30 centímetros de largo por algo más de diez de ancho, por el que no cabe una persona. Los investigadores sospechan que intentaron practicar el butrón pero desistieron y abandonaron cuando el tamaño era tan pequeño que no cabía una persona. Posiblemente pararon porque el material con el que está construida la estación es muy consistente.

Después, supuestamente forzaron la verja que tapa una ventana, rompieron el cristal y accedieron a la pequeña tienda. No se llevaron comida ni bebida ni otros productos, solo el dinero.

Ayer a primera hora de la mañana se desplazaron hasta el lugar del suceso agentes del equipo de la Policía Judicial del cuartel de Sant Antoni, que han asumido la investigación. Realizaron una inspección ocular y recogieron muestras de las huellas. Este diario ha podido saber que en el exterior había marcas de rodadura de una bicicleta, que no estaban el día anterior, por lo que podrían haberse producido por la noche.

Ayer por la mañana el cristal seguía roto pero un operario se disponía a tapar el agujero de la pared, mientras la estación de servicio funcionaba con normalidad, como si nada hubiese sucedido.