Los faros pitiusos no llegaron a apagarse durante la Gran Guerra, pero casi: «Se enviaron escritos a los faros para que los torreros estuvieran preparados por su hubiera que apagarlos. O lo que es lo mismo, por si España entraba a formar parte del conflicto», recuerda Francisco Javier Pérez de Arévalo, exfarero de la Mola y autor de la tesis ´Los faros de Balears durante los conflictos bélicos contemporáneos (1847-1945)´.

En aquella guerra «los fareros tuvieron que ejercer una exhaustiva vigilancia de la costa y notificar lo antes posible el paso de buques, indicando si fuera posible el pabellón, el tipo de barco y el rumbo», indica Pérez.

La primera notificación en toda Balears la realizaron los torreros de la Mola (Formentera) el 16 de agosto de 1914. El año 1915 fue el que tuvo más notificaciones de paso de buques de guerra, un año en que casi se arma un follón considerable en Sant Antoni: «El 19 de abril de 1915 el torrero de ses Coves Blanques informó de la entrada en el puerto de Sant Antoni de dos ´destroyers´ supuestamente rusos, cosa que provocó bastante revuelo incluso entre las autoridades de Madrid hasta que el 21 de abril llegó la aclaración de los torreros de sa Conillera: no se trataba de dos destructores rusos sino de dos torpederos españoles, los nº 4 y 8».

Durante julio y agosto de 1915 los torreros d´en Pou (es Freus) notificaron multitud de avistamientos de torpederos, cañoneros y otro tipo de buques: «Mi teoría (aunque no la puedo demostrar) es que esa cantidad de avistamientos estaba en relación con la Batalla de Gallipoli, en los Dardanelos».

Francisco Javier Pérez de Arévalo señala que una de las consecuencias de aquella guerra «fue la dificultad de conseguir petróleo para la iluminación de los faros, por lo que se decidió cambiar el tipo de alumbrado de alguno de ellos. En las Pitiusas se pasó a usar gasolina en los faros de ses Coves Blanques y es Penjats en 1917, y el faro de es Botafoc se electrificó en 1918 también por los mismos motivos».