Las Pitiusas están a la cabeza de Balears en absentismo escolar, según revela la última memoria del Institut per a la Convivència i l´Èxit Escolar (Convivèxit, dependiente de la conselleria de Educación), correspondiente al curso 2012-13 y que se ha realizado a partir de las memorias que han enviado 32 centros de Primaria y Secundaria de Ibiza y cuatro de Formentera. En estos colegios e institutos hubo 149 casos de absentismo intenso (faltan a entre el 25% y el 50% de las clases) y crónico (más del 50%), que representan el 0,46% y el 0,31%, respectivamente, del total de los alumnos; 168 intermitente (no han asistido a entre el 10% y el 25% de las jornadas), lo que representan el 0,88%, y 554 esporádico (han faltado a menos del 10%), proporción que alcanza el 2,89%. En todos los tramos, el porcentaje de alumnos que no asisten a clase supera a los de Mallorca y Menorca (ver cuadro), que con mucha diferencia es la isla donde menos alumnos faltan a las aulas y en la que hay menos conflictividad: tan solo hubo 10 casos de absentismo crónico y 4 de intenso. Los centros menorquines parecen un remanso de paz, a tenor de los datos. Por el contrario, las Pitiusas también tienen el mayor porcentaje de conflictividad de las islas.

El absentismo en las Pitiusas se ha disparado de los 337 casos que reflejaba la memoria del curso 2011-12 a los 871 del curso pasado, pero el director de Convivèxit, Jaime Isern, asegura que no se pueden comparar porque en el último estudio se cambió la metodología y se empezaron a recoger los números absolutos, mientras que en la memoria de 2011-12 se preguntaba a los centros por datos aproximados y debían contestar por tramos, no con números exactos (por ejemplo, entre 10 y 20). Sin embargo, la memoria no hace alusión a esta circunstancia, ni tampoco a que no pueda compararse con estudios anteriores. El lunes Isern explicó a Diario de Mallorca que el aumento de los conflictos en los centros de Balears (se han triplicado en un curso según los datos del Instituto) se debía a que había una muestra más amplia de centros que habían enviado sus memorias, cuando la realidad es que su número se ha reducido y ha pasado de 245 a 216.

Isern, que lleva tres meses al frente del Institut per a la Convivència, resta importancia a los datos negativos de aumento de la conflictividad y del absentismo y prefiere hacer una lectura positiva y destacar que los casos de alumnos que perturban la convivencia representan un porcentaje muy pequeño del total: «Hay que ver la parte positiva, la mayor parte de los alumnos van a clase con normalidad». Isern también considera que los datos de absentismo en las Pitiusas «no son demasiado exagerados».

La propia memoria recoge en sus conclusiones que varios centros culpan a los recortes del aumento de la conflictividad y el absentismo en el último curso, y que se resumen en más alumnos por aula y el incremento de la jornada lectiva de los profesores en Secundaria. Estas medidas se aplicaron justo en el curso al que corresponde la memoria. Sin embargo, Isern rechaza esta relación causa efecto e insiste en que no existe el incremento que reflejan las memorias ya que la de 2011-12 «no era tan exacta» y recogía menos casos de los que había en realidad. Es decir, restó validez al estudio que Convivèxit realizó hace dos cursos. Sin embargo, los datos de este organismo dependiente de la propia conselleria son la prueba fehaciente, según la oposición, de los efectos directos que tienen las medidas educativas del PP en las aulas: más conflictividad y más absentismo por falta de recursos y de profesores. «Creo que los problemas de convivencia no tienen nada que ver con si hay más horas lectivas de los profesores o ha habido recortes. El hecho de tener más alumnos por clase no significa que no se tengan que respetar las normas de convivencia», reflexiona Isern.

Nuevo patinazo de la consellera

Paradójicamente, la propia consellera de Educación, Joana Camps, desautorizó ayer en el Parlament estos datos cuando los expuso un diputado de Més para denunciar los perjuicios de la política del Govern. Camps, sin saber que eran datos oficiales de un organismo dependiente de su propia conselleria (y pese a que Diario de Mallorca les dedicó ayer dos páginas y una emisora los había difundido), espetó a Nel Martí: «No dé cifras que no estén comprobadas. Sea metódico y científico», proclamó ante el asombro de la oposición. Otra nueva anécdota que sumar a la consellera que más meteduras de pata tiene en su haber. Sin embargo, quizás la consellera no va tan desencaminada, después de que el propio director de Convivèxit cuestionara el rigor de las anteriores memorias de este organismo.

Más conflictividad

Las conductas graves en los centros educativos pitiusos se han disparado de las 150 que refleja la memoria del curso 2011-12 a las 362 de 2012-13; representan en las Pitiusas el 1,89% del total de alumnos, un poco por detrás de Mallorca (1,91%) y muy por encima de Menorca (0,83%). Isern insiste en que no se pueden comparar ambas memorias, que también en el caso de los expedientes disciplinarios muestran que las cifras se han disparado en las Pitiusas: si en el curso 2011-12 se abrieron 32 expedientes, en el pasado fueron 172, porcentaje que representa el 0,9% y que es el más alto de Balears (0,75% en Mallorca y 0,13% en Menorca). La muestra de centros pitiusos que contestaron a la encuesta es similar (33 en 2011-12 y solo tres más en 2012-13), por lo que no sirve para explicar esa disparidad de cifras.

Las Pitiusas registraron 3.068 casos de conductas contrarias a la convivencia, el 16%, cinco puntos más que Mallorca. La balsa de aceite menorquina se queda en un 2,9%. Las conductas más graves sumaron 362 en las Pitiusas (el 1,89%, similar al 1,91% mallorquín), frente a las 116 de Menorca (0,83%).