«Yo llegué a Ibiza por amor», le gustaba explicar a Cis Lenaerts (Sint Truiden, Bélgica, 1946), fallecido ayer en Ibiza a los 66 años de edad. «Aquel amor terminó, pero me quedé aquí para siempre. Es una tontería, pero de niño había leído ´Robinson Crusoe´ y siempre había querido vivir una historia así. cuando llegué a Ibiza supe que había encontrado mi paraíso. Era un lugar increíble. Me encanta la idea de vivir en una isla, supongo que no hay término medio, o lo adoras o lo odias, pero yo no podría vivir lejos del mar». El artista y arquitecto hizo esta declaración de amor a la isla en una entrevista concedida a este periódico hace un lustro. De amor a la isla y de pasión por la creación, porque a pesar de la enfermedad que le mantuvo más de 15 años sentado en una silla de ruedas, nunca dejó de pensar en el arte, de idear y de buscar el medio para poner en práctica esas ideas.

Llegó a Ibiza en 1969, con 23 años y recién terminados sus estudios en el Instituto Superior de Arquitectura de Hasselt y en la academia de Bellas Artes de Sint Truiden, que luego completó en la Escola d´Arts i Oficis de Ibiza. Enseguida quedó impresionado por las líneas puras de la arquitectura ibicenca y por el azul del mar, su color favorito. En 1970 se estableció definitivamente en la isla y solo vivió un año fuera de ella, entre 1979 y 1980 para impartir un curso comparativo entre la arquitectura ibicenca y la mallorquina en Gante y Hassel, además de conferencias entre Bélgica y Holanda.

Entre los años 70 y mediados de los 90 desarrolló su carrera como arquitecto en la isla, especializado en construcciones unifamiliares de formas esenciales y en la restauración de casas payesas. Entre sus obras destacan la casa de Pep Costa, la reforma de Can Planes Vell y la construcción de Can Planes Nou en Sant Llorenç o la rehabilitación de una parte del edificio del maestro Campos de 1936 situado en la Vía Romana, según puede leerse en la Enciclopèdia d´Eivissa i Formentera.

Su interés por las casas tradicionales le llevó ha hacer, junto a Cati Verdera, una investigación tipológica que fue publicada en parte en la revista del Colegio de Arquitectos de Ibiza y en el libro ´Ibiza, le palais paysan´, del arquitecto Philippe Rothier. Al mismo tiempo fue profesor en la Alianza Francesa y en la Escola Blat de Ibiza.

Arquitecto y artista

Su carrera como arquitecto siempre fue paralela a la de pintor y escultor y ya en 1978 inauguró su primera exposición individual en la galería El Mensajero, de Santa Eulària. Aunque sus exposiciones más recordadas llegaron ya en los años 90, en la Sala de Cultura de Sa Nostra, en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE), en el Colegio de Arquitectos o en el Club Diario de Ibiza. La última fue inaugurada hace solo una semana en el Ayuntamiento de Vila: ´Catorce retratos de mujer´, una serie de cuadros inspirados en la colección de poemas del mismo nombre de Antonio Colinas, con el que le unía una larga amistad.

Lenaerts fue un hombre inquieto, interesado en todos los resortes de la cultura, y este tipo de colaboraciones fueron una constante en su camino artístico. Comenzaron en la muestra ´La pintura com la poesia´, de 1996, en la que diferentes pintores ibicencos pusieron imágenes a las obras poéticas de otros tantos escritores de la isla. La muestra recorrió todas las Balears. Después vinieron su colaboración con Jean Serra en ´Confluències´, en 1999; un libro de relatos con Iolanda Bonet o una instalación sobre cometas en la iglesia de l´Hospitalet junto a Pepín Valdés.

Tanto la pintura como la escultura de Lenaerts siempre se caracterizaron por una tensión entre contrarios. Sus cuadros minimalistas se caracterizaron por la geometría y la armonía, que brotaban de su formación como arquitecto, en contraposición al caos y con una intención lírica.

Se trataba, como él mismo afirmaba, de una búsqueda de la utopía de la perfección: «Creo que existe en la mayoría de los artistas, y no solo en las profesiones creativas. Cualquier persona que trabaja de una forma visceral intenta hacerlo lo mejor posible. Nunca se llega a la perfección total, por eso ese equilibrio es siempre utópico».

Aunque la esclerosis múltiple que padecía le fue negando la movilidad en los últimos años, Lenaerts disfrutaba de sus paseos cotidianos por Vila. Le gustaba bajar a desayunar al Mercat Nou, perderse entre los puestos de pescado y conversar con los dependientes. Era una persona amable, de verbo ágil, rápido y divertido que siempre tenía una sonrisa y un apretón de manos dispuesto para los amigos que encontraba en la calle. En verano prefería retirarse en la tranquilidad de su casa: «Tengo un terreno cerca de Can Furnet, en Jesús, con vistas a Vila, y allí me refugio. Apenas salgo. solo rompo mi aislamiento los sábados, cuando voy al mercado y paso dos horas entre la gente, el jaleo... Es mi terapia», confesaba hace cinco años a este diario.

Documental sobre su vida

Esas visitas quedaron retratadas en el documental ´Cis. Un año sin tomate´, del director belga Bart Nicolaï, estrenado el año pasado en el Club Diario de Ibiza. En la película destacaba su trabajo en el estudio y su relación con Manuel Castillo, que fue su estrecho colaborador durante una década. Al artista le gustó especialmente la «autenticidad» de la cinta, aunque afirmaba que no esperaba que diera para tanto: «Al fin y al cabo, mi vida tampoco es muy importante, por lo que no esperaba gran cosa».

Tanto en su vida como en su trabajo, su gran apoyo fue su esposa, la abogada ibicenca Matilde Valdés, a la que dedicó un emocionado homenaje antes de la inauguración de su última muestra, el 31 de enero: «Su amor y su dedicación constante me mantienen vivo -dijo-. Mi gran ilusión es seguir pintando para poder hacer un último cuadro en el que plasmar mi amor hacia ella». Su delicado estado de salud no le permitió estar en la apertura de la exposición, aunque no dudó en abrir las puertas de su casa a los periodistas que quisieron entrevistarle. Desde hace unos meses sufría una neumonía y en los últimos días tuvo que ser ingresado en la Policlínica del Rosario por una pulmonía que ya no pudo superar.

Sus últimas obras quedan en Can Botino como la mejor de las despedidas de un arquitecto, artista, hijo de artista -el pintor flamenco George Lenaerts-, que ha dejado su herencia pictórica en su hija, la diseñadora Aline Lenaerts.

Cies Lenaerts. Nacido en 1946 en Sint Truiden (Bélgica). Falleció ayer en Ibiza. El velatorio tendrá lugar mañana en Pompas Fúnebres Ibiza y sus restos serán llevados el sábado a Mallorca para ser incinerados.