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Protestas

Cacerolada semanal contra los recortes en Sa Colomina

Los profesores realizarán hoy por la tarde un acto informativo para que los padres puedan ver cómo quedarán las aulas con 42 alumnos

­Continúan las movilizaciones en los institutos de las Pitiusas para rechazar los recortes en educación que ha aprobado el Govern y que empezarán a tener efectos visibles especialmente a partir del próximo curso. El instituto Sa Colomina, de Vila, vivió ayer al mediodía una cacerolada que se repetirá todos los miércoles para hacer patente la protesta de los profesores.

Para hoy por la tarde está prevista una jornada de puertas abiertas que consistirá en mostrar a los padres de alumnos interesados cómo quedarán las aulas con las nuevas capacidades máximas previstas por el Govern y que llegan hasta los 42 alumnos por clase, según recordó la profesora Anna Torres, integrante de la Coordinadora de Professorat Preocupat, que es la entidad que organiza estas movilizaciones.

Una veintena de docentes participó en la cacerolada de ayer en la puerta de acceso al centro, que duró cinco minutos y en la que también se exhibió una pancarta a favor de la «enseñanza pública de calidad». Anna Torres afirmó que estas movilizaciones tratan de reclamar el mantenimiento de «los derechos laborales, que también quedan tocados», pero sobre todo el mantenimiento de los derechos «de los alumnos», que según dijo sufrirán a partir del próximo curso los efectos de los recortes.

También recordó esta profesora de la coordinadora creada en las islas que la prolongación del horario de trabajo de los docentes obligará a desatender otras actividades que están realizando en la actualidad. Por ejemplo, la atención a los alumnos que tengan algún tipo de discapacidad sufrirá una merma de recursos como consecuencia de la situación creada con estos recortes.

El claustro de profesores del instituto Sa Colomina emitió recientemente un comunicado en el que señala que «la no contratación de interinos para sustituciones inferiores a 30 días convertirá las aulas en centros de permanencia de alumnos, ya que los profesores de los departamentos no podrán asumir estas horas de docencia, con el consiguiente perjuicio que sufrirán los alumnos».

Por otra parte, el aumento del número de estudiantes por aula implica «una menor atención individualizada del alumnado, en contra de los principios metodológicos que se aplican en países donde tienen cuotas de fracaso escolar muy inferiores». Además, «se devaluará el nivel de exigencia de los contenidos que se imparten».

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