En un total de seis investigaciones llevadas a cabo este año, la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsificación de la Policía ha rescatado en Ibiza a ocho mujeres víctimas de trata de seres humanos. Un número elevado si se tiene en cuenta la dificultad de que las víctimas denuncien su situación. Entre los casos más graves, el de una mujer que huyó de la casa en la que estaba encerrada y llegó al aeropuerto, donde denunció lo sucedido, y el de una menor obligada a ejercer la prostitución en un local de ses Figueretes.

Si la lucha contra la delincuencia siempre conduce a los rincones más negros del alma humana, la Ucrif se dedica a algunos de los aspectos más sordidos de la criminalidad, en el que multitud de delitos van conexos y en el que no es raro que se intente comprar a los agentes, por lo que la integridad debe ser una de las características destacables de los miembros del grupo. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Y, como a los agentes de la unidad les gusta señalar, son un grupo selecto para unas cosas selectas. En la Ucrif de Ibiza, equipo especializado del Cuerpo Nacional de Policía, trabajan seis agentes, entre ellos una mujer.

Si entre 2005 y 2006 los policías rescataron de las redes de la prostitución a cinco o seis mujeres (alguna de las cuales era menor de edad), hoy, con la reforma del Código Penal que recoge expresamente la trata de seres humanos, la situación de la esclavitud ha cobrado relevancia y los miembros de la Ucrif ya han rescatado este año a ocho mujeres esclavizadas y se dedican a llevar a cabo su particular campaña para que las personas atrapadas en la red sepan cómo salir de la prostitución. Realizan controles periódicos en locales y reparten de vez en cuando folletos (sobre todo en portugués y rumano) en los que se señala que «una sociedad democrática no puede ser cómplice del tráfico de seres humanos» y que «ninguna persona puede ser tratada como mercancía».

Redes criminales

Esa es la teoría, muy lejos de la práctica a juzgar por el trabajo que realiza la Ucrif, que revela que las redes criminales de la prostitución están instaladas en la isla y que ´negocian´ sobre todo con mujeres rumanas y, en segundo lugar, brasileñas. Las primeras suelen trabajar siempre para proxenetas, que muchas veces son sus propios novios, pero las segundas son las que más trabajan por cuenta ajena; «ellas dicen que trabajan para su familia», aseguran.

Mantener un control, y una «tensión permanente» es fundamental. «No se puede permitir la sensación de impunidad de los locales», explica el inspector jefe de la unidad. «Tienen que saber que todos los meses recibirán una o dos visitas de la Policía» para controlar la situación legal de las personas que están ejerciendo la prostitución en ellos. «Hoy, al menos, es prácticamente imposible encontrar a una ilegal en un club».

En la isla hay unos veinte locales dedicados a la prostitución. Y los policías reconocen que, aunque no sea trata de seres humanos, lo que hacen estos clubs es proxenetismo, porque sus responsables se lucran del ejercicio de la prostitución, lo que constituye también un delito.

Sin embargo, es un delito que no se persigue entre otras cosas porque necesitaría unos medios de prueba difíciles de conseguir teniendo en cuenta que sin la declaración de las mujeres que allí trabajan es difícil que prospere una acusación. Eso sí, si un local es denunciado por otros delitos, el proxenetismo se sumará a la causa.

Además de los locales, hay otra prostitución ejercida en pisos muy difícil de controlar, aunque también existe una base de datos de estos prostíbulos que no pagan impuestos ni como bares, y que aumenta. «Solo hay que ver los anuncios de los periódicos», señala el jefe del grupo. En uno de esos anuncios los agentes del grupo descubrieron que se estaba prostituyendo a una menor. A la chica la habían traído a la isla su hermano y la novia de este, y recientemente se ha celebrado el juicio, tras conseguir localizar al acusado. El hermano proxeneta ha sido condenado a un año de cárcel.

Hay que tener en cuenta que las víctimas de redes de trata de seres humanos no son testigos fáciles, porque tienen miedo y porque muchas veces sufren una versión del síndrome de Estocolmo adaptado a la prostitución. Y en el caso de la menor, el tipo que la prostituía era su hermano, lo que aporta al caso algo más que un punto añadido de sordidez.

Como sórdida es otra historia en la que los agentes intervienen actualmente. La de una menor rumana comprada a su padre y prostituida en Ibiza por su novio. Se escapó, ingresó en el centro de menores y de él se escapa continuamente. La semana pasada declaró ante el juez (como prueba preconstituida) que la obligaban a prostituirse en un establecimiento de ses Figueretes y que no había hablado antes por que tiene miedo. Ahora está pendiente de repatriación, que solo se hará efectiva si la Fiscalía considera que hay garantías de que puede ser entregada a los servicios sociales rumanos o a un familiar que no volverá a venderla.

Dos locales

Respecto a los locales, de los veinte existentes, hay dos, explica el jefe de la Ucrif, «que dan realmente trabajo»: el Tortuga, en Talamanca, y el Pure Platinum, en la carretera del aeropuerto. El primero fue cerrado como medida cautelar en una de las operaciones por explotación sexual que se han realizado. Más reciente es la investigación por explotación sexual llevada a cabo en el segundo local, controlado por una red internacional y cuyo responsable en Ibiza se encuentra ahora en libertad bajo fianza y que fue detenido con otras nueve personas, incluida su compañera sentimental, eslovaca y camarera en el club.

El hombre que se convirtió en el primer objetivo de la investigación, llevada a cabo con la colaboración de las autoridades alemanas y rumanas a través de sus agregados de Interior y con la Ucrif central, es de nacionalidad italiana y está acusado de delitos de pertenencia a organización o grupo criminal y contra los derechos de los trabajadores.

De esta investigación, que no se considera cerrada y que se ha llevado a cabo tanto en Ibiza como en Azpeitia y San Sebastián, donde la red también tiene clubes, los agentes han resaltado tanto el hermetismo y la jerarquía de la organización como «el fuerte temor a sus explotadores» por parte de las prostitutas.

Las claves

Investigaciones

Ocho mujeres rescatadas este año en Ibiza

En lo que va de año han sido rescatadas ocho mujeres víctima de trata de seres humanos en Ibiza, cuando entre 2005 y 2006 habían sido rescatadas conco o seis.

Prostíbulos

Veinte locales en la isla

En la isla hay unos veinte locales dedicados a la prostitución cuyos responsables se lucran con el ejercicio de la misma.

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Una menor prostituida

Los agentes descubriron por los anuncios de los periódicos que una menor estaba siendo prostituida.