Un grupo de más de 45 alumnos y profesores del instituto Isidor Macabich se embarcaron ayer en el pailebote ´Cala Millor´ pertrechados con gafas oscuras, protección solar y víveres para participar en la experiencia ´Joves per la mar´, que cumple once ediciones promovida por el Club Náutico Ibiza con el apoyo del Consell de Ibiza y los ayuntamientos.

El representante del Club Náutico de Ibiza, Mariano Arabí, junto con la propietaria del barco, Nicole Legler, y los representantes de los ayuntamientos de Sant Antoni y Santa Eulària, Miquel Costa y Toni Tur, Sendic, respectivamente, presentaron la iniciativa en la cubierta del barco. Legler explicó que este tipo de embarcaciones se emplearon en la isla como buques de carga hasta que a finales de los años 70 y principios de los 80 se impusieron los barcos ´RO-RO´ (Roll On/Roll Off) de carga rodada. El ´Cala Millor´ es una goleta que data de 1942. Cuenta con 42 metros de eslora, ocho de manga y 250 toneladas. «Prácticamente toda ella está hecha de madera, salvo los dos palos que han sido sustituidos por estructuras de metal», añadió la propietaria.

El barco zarpó pasadas las diez de la mañana de la estación marítima de Ibiza en dirección a Formentera. Durante la travesía hicieron varias paradas, una de ellas en la entrada del puerto donde los alumnos conocieron la historia del castillo y los detalles de la declaración de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad. Después recalaron en es Freus, donde les explicaron la función de los faros y la importancia de las torres de defensa. También conocieron los secretos de la posidonia y la capacidad regeneradora de esta planta. Pero si algo captó el interés de los jóvenes fueron las tripas y los entresijos de navegación del barco. «Se sorprenden de que las maderas del barco tengan 89 años o más, de cómo se impermeabiliza o cómo consigue mantener la flotabilidad», explicó Toni Sendic.

Entorno perfecto

Los organizadores coinciden en que estas salidas a la mar «son un gran aprendizaje, no solo por la historia y la concienciación ambiental, sino porque los alumnos están en contacto por una horas con los instrumentos de navegación, la mecánica y la estructura de un barco», explicó Legler. Ibiza y Formentera «son ideales para estas salidas», subraya la propietaria, que agradece a la Autoridad Portuaria su colaboración para operar en un puerto «que está sobrecargado», dándoles facilidades para acceder a un punto de atraque y moderando las tasas.

Muchos de estos barcos acabaron en el desguace. «Mantenerlos no resulta nada barato, por lo que se le da usos turísticos durante la temporada», explicó Legler, que asegura que se ha ofrecido el barco a las instituciones pero por el momento no ha habido posibilidades de venderlo.

El ´Cala Millor´ es prácticamente igual al ´Thopaga´, que se hundió el 8 de julio de 2008 frente a las costas francesas y que también tuvo usos educativos, lúdicos y turísticos.

Por otra parte, Miquel Costa subrayó que ´Joves per la mar´ supone una «gran experiencia» para los chavales que pueden comprender la vinculación directa del mar con la isla, «y que en parte se ha perdido». «Es una manera de conocer el patrimonio histórico y natural de las islas, una manera de combinar una experiencia educativa y de ocio», subrayó.

Desde que comenzó a organizarse, ´Joves per la mar´ ha recibido a 6.000 alumnos en las salidas a la mar que se suelen organizar durante el mes de mayo con los institutos de Ibiza y Formentera.