«No hay para todos» es la frase más comentada ultimamente entre los empresarios, profesionales de la industria de la alimentación, la gastronomía de lujo y del ocio en las Pitiusas. Para algunos se está alcanzando un punto de saturación de la nueva oferta que redunda en el computo global del sector. Para otros, la apuesta por el turismo y la gastronomía de lujo es un valor seguro en la que hay que seguir invirtiendo. Sin embargo, la competencia estimula el mercado, a los profesionales y obliga a mejorar servicios y calidad y el posicionamiento del destino; lo cual beneficia al turista, productor y consumidor final.

Entre estas dos disyuntivas, o formas de entender el negocio, se encuentra el mercado, un dios implacable de las finanzas que regula la economía en función de un equilibrio indispensable entre dos elementos etéreos: oferta y demanda. Cuando este equilibrio se rompe o se decanta más por una de sus vertientes surgen los problemas y cuando la balanza se inclina más hacía un lado asoma la crisis avalada por el cortoplacismo, el oportunismo del dinero fácil, el éxito rápido o simplemente tener plaza en Ibiza.

El necesario equilibrio

El necesario equilibrioIbiza y Formentera han mantenido durante décadas un equilibrio ponderado y casi perfecto entre demanda y oferta pero esto parece haberse roto, en parte la temporada pasada, con la reactivación de otros mercados competidores del Mediterráneo que estaban aletargados por problemas políticos, de terrorismo o inseguridad. Esta situación es más patente esta temporada cuando Turquía, Túnez, Egipto y otros destinos del litoral Mediterráneo, donde también se come bien, han lanzado ofertas de derribo para atraer a sus turistas perdidos.

Se acabó el turismo prestado y ahora hay que competir no solo con una buena cocina tradicional, gastronomía de lujo, calidad, buena materia prima, producto, grandes chefs, magníficas instalaciones, cocina creativa, variedad y oferta complementaria, sino con precios. La madre del cordero y nunca mejor dicho.

El efecto sobresaturación

El efecto sobresaturaciónEl desarrollo del turismo gastronómico en las Islas ha sido magnífico en los últimos años y nos ha situado como uno de los primeros destinos gastronómicos del país, según un portal especializado en internet. Este efecto llamada ha traído a reputados chefs con estrellas Michelín que se han instalado en las Islas o colaboran con chefs locales en eventos, espectáculos gastronómicos e innovadoras propuesta gastronómicas (Lío, Heart, Etxeko o Sublimotion, el restaurante más caro del mundo), aumentando la oferta de restauración con inversiones millonarias de forma acelerada y hacia el sector del lujo.

Este efecto de sobresaturación de la oferta de alta cocina ha inclinado la balanza y no ha encontrado la demanda suficiente para mantener el necesario equilibrio. No hay datos oficiales de cuántos restaurantes, beach clubs, chiringuitos, locales de 'Michelines', sushis, chivites, nikkeis ,peruanos, italianos, vascos y demás rincones culinarios de nueva ola han abierto o se han transformado en los últimos cinco años, pero sobrepasan el centenar entre Ibiza y Formentera.

Alta gastronomía en hoteles

Alta gastronomía en hotelesLa nueva tendencia de la alta gastronomía en los restaurantes de cinco estrellas abiertos en este periodo pasa el medio centenar y sigue sumando. Cada nuevo hotel de cinco estrellas trae consigo tres nuevos establecimientos de comidas abiertos al público. La suma es fácil y la cuenta rápida. Entre Ibiza Gran Hotel, Ushuaïa Beach Hotel, Hard Rock Hotel Ibiza, Destino Resort Pacha, Ibiza Bay Nobu, Gran Palladium, 7 Pines, Hotel Me, Five Flower Hotel & Spa Formentera, Hotel ME, Bless Hotel Ibiza y otros suman decenas, sin contar los cinco restaurantes que planea abrir en agosto el W Hotel y el Six Senses, el año que viene más un local de comida rusa en el IGH. Si añadimos los nuevos restaurantes en el agroturismo Safragell, Casa Maca, La Era, Can Domo, Can Toni Xumeu, Can Jaume y Ca na Xica, que salpican el campo y el monte ibicenco, la ecuación se multiplica. Por el contrario los nombres de nuevos establecimientos de cocina tradicional son contados: Cas Costas y Muset.

El ritmo de crecimiento parece imparable a tenor de lo visto esta misma temporada con la apertura de una docena de locales más (La Cantina Canalla, CBbC Santa Eulàlia, La Era, Kokoy, Avocado Queen, Can Soul, Seahorse, El Corso y El Toro, entre otros). Pero el mercado es duro y regula, y no todos logran mantener el éxito, Zela, La Imprenta, Aura, La Muela o los históricos Ama-Lur y KM5, no han sobrevivido a la competencia.

Mercado evolutivo

Mercado evolutivoEste fenómeno evolutivo de la cocina ha sido uno de los pilares en que se ha asentado el éxito de Ibiza y Formentera como destinos turísticos de referencia a nivel mundial pero quizá el 'precio de los precios' no era el adecuado para sostener una oferta tan competitiva en un mercado tan pequeño y estacional como el pitiuso. Para el comensal y los amantes de la gastronomía ha sido un auténtico descubrimiento y un sabroso hallazgo pero también se come bien en Estambul, Mikonos, El Cairo y Túnez y por la tercera parte del precio.

Las campañas de promoción han ayudado notablemente a un auge de la restauración y han potenciado la cocina local y las otras especialidades del mundo logrando situar la oferta entre las mejores del España. Ahora toca regular el mercado, los precios y reequilibrar la oferta y la demanda, cosa nada fácil porque la demanda fluctúa en función de la casuística y las condiciones del mercado.

La mejor fórmula es plantear una oferta sostenible y muy atractiva basada en una buena relación del binomio calidad-precio perfectamente equilibrada, con honestidad y con todas sus ventajas.