La exposición organizada por el Arxiu d’Imatge i So de Formentera titulada ‘1958, una isla en el recuerdo’ es una invitación a viajar con la imaginación a la Formentera de hace 65 años. El autor de las fotografías que se muestran en la sala de exposiciones del Ajuntament vell hasta el 28 de octubre, es Dick Coates, un galés que en esa época tenía 28 años y descubría una isla que nada tiene que ver con la actual.
En la inauguración del pasado lunes el público se entretenía en intentar identificar quizá a un abuelo o a un familiar lejano, entre los muchos formenterenses que aparecen en esta colección de 18 fotografías expuestas. El caso es que Coates ha hecho una donación de ese valioso material que suma un total de 103 imágenes, aunque las más representativas son las que se pueden ver en esta muestra.
El resultado es «el viaje íntimo y fascinante de Dick Coates, desde sus primeros días de infancia cerca del pueblo de Waddington hasta sus exploraciones con su amigo Peter Johnson en la isla de Formentera», señala la presetación preparada por Xavier Oliver, encargado del Arxiu.
A través de estas imágenes, informes ornitológicos, cartas y otras reliquias, los visitantes pueden sumergirse en el mundo de Coates y entender su relación profunda con la naturaleza y la gente de Formentera.
Desde sus aventuras juveniles en las tierras de Formentera hasta su posterior carrera como topógrafo rural y profesor destacado en Seale Hayne, la vida de Coates se entrelaza con los valores de la naturaleza, la amistad y la curiosidad inagotable.
Richard (Dick) Coates nació el 22 de junio de 1940. Creció en una casa de campo cerca del pueblo de Waddington. Estudió secundaria en la Escuela Oundle, un internado que fomentaba la aventura (1954-1958).
Junto a su amigo Peter Johnson, que se convirtió en un famoso fotógrafo de la vida salvaje, solicitó una beca del Dudgeon Venture Fund y les concedieron la suma de 40 libras. Con esa cantidad empezó su aventura para descubrir un territorio entonces por explorar, Formentera. El objetivo real de la misión era registrar todas las aves que vieron durante doce días principalmente en la zona de es Caló.
Coates empezó su primer trabajo como topógrafo rural ayudando en la gestión de fincas agrícolas. Más tarde se convirtió en topógrafo especializado en la construcción de edificios agrícolas y terminó como profesor titular en Seale Hayne, que entonces formaba parte de la Universidad de Plymouth.