El edificio del actual colegio público de Sant Ferran de ses Roques, en Formentera, con una matrícula de 350 alumnos a cargo de 32 profesores, deja a partir de hoy de recibir el bullicio de sus alumnos. Es el último día en el que sus aulas, también las ocho prefabricadas instaladas en los últimos años, recibirán a escolares.
A partir de septiembre la comunidad educativa se traslada a un nuevo edificio, algo que llega con retraso, que tendrá una capacidad para 450 alumnos, será de dos líneas y contará además con una escoleta para más de 70 alumnos.
Los profesores del colegio y la Asociación de Madres y Padres, con la colaboración de antiguos alumnos, han recopilado toda una serie de fotografías que remiten a los 60 años de vida de este colegio y que se pueden ver en redes sociales.
Todo empezó en 1958, cuando se empezó a construir la primera aula, llamada Llampuga (construida por los vecinos) y luego una segunda. Pero el colegio no se inauguró hasta 1960, siendo su primer director Antoni Serra Colomar. Una década después se construyeron otras aulas y así fue creciendo hasta llegar a la aparición de las primeras aulas modulares en el curso 2014-2015.
Neus Costa Mayans, actual directora, recuerda que el despoblamiento del colegio en dos líneas se produjo de forma progresiva hasta que en el curso 2018-2019 llegaron a las actuales ocho aulas modulares: «Este aumento es proporcional al de la población residente que se produce en la década pasada», precisa la directora. Ahora se le presenta un nuevo reto educativo: ocupar en septiembre el nuevo edificio construido por el Govern balear en un terreno cedido por el Consell.