El pleno de la Comisión Balear de Medio Ambiente aprobó el pasado martes «la autorización ambiental integrada» de la subestación eléctrica de Formentera, situada en es Ca Marí. Esto implica que la compañía Endesa deberá aplicar medidas para reducir las molestias que viene generando esta instalación desde hace años en su entorno y que han sido motivo de reiteradas quejas por parte de los vecinos.

Entre las actuaciones previstas se proponen medidas correctoras para las vibraciones, el ruido, las emisiones de gas y el tratamiento de los residuos que genera la planta.

Además, deberá disponer de cuatro estaciones de medición fijas, que deben estar ubicadas alrededor del recinto, para que midan los valores sonoros, que deberán ceñirse a unos parámetros límite en las distintas franjas diurna, vespertina y nocturna.

Estas medidas deberán aplicarse cuando la planta incorpore, de cara a la temporada turística, los grupos electrógenos habituales para garantizar la demanda eléctrica que se dispara con el aumento de la población en verano.

A la espera del tercer cable

A la espera del tercer cable

Con la aprobación de esta «autorización ambiental integral», también se regulariza la situación administrativa de la planta.

Esta autorización ha sido impulsada por el Consell de Formentera y el Govern y permitirá, según el conseller insular de Medio Ambiente, Antonio Sanz, aplicar «medidas correctoras en la central de es Ca Marí para que cumpla con los parámetros técnicos y ambientales, mientras se procede a la instalación del tercer cable».

El conseller destacó el trabajo «conjunto del Consell, la Comisión de Medio Ambiente y la dirección general de Energía en los últimos meses» y deseó que «con estas medidas las molestias que sufren los vecinos se minimicen de una vez».