Ibiza llega tarde y retrasa la zona de bajas emisiones de tráfico hasta que haya líneas urbanas de autobús

La ley de cambio climático obligaba a que se estableciera antes de 2023. Afectará sólo a vehículos de gasolina matriculados antes de 2001 y de diésel con anterioridad a 2006, pero no a residentes

Atasco en la avenida de Ignaci Wallis, en el centro de Vila, en una imagen de archivo. | VICENT MARÍ

Atasco en la avenida de Ignaci Wallis, en el centro de Vila, en una imagen de archivo. | VICENT MARÍ / EUGENIO RODRÍGUEZ. EIVISSa

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

El Ayuntamiento de Ibiza llega tarde a la implantación de una zona de bajas emisiones (ZBE) de gases contaminantes con la limitación de la entrada de vehículos, tal y como prevé la ley estatal de cambio climático aprobada en mayo de 2021. Esta norma obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes, como es el caso de Vila desde el año 2020, antes de la aprobación de la ley, y también a «los territorios insulares» a adoptar «antes de 2023, al menos», una serie de medidas, entre ellas, la de establecer una ZBE.

Aparcamiento disuasorio en el Multicines, en el extrarradio, junto al cinturón de ronda. | J. A. RIERA

Aparcamiento disuasorio en el Multicines, en el extrarradio, junto al cinturón de ronda. | J. A. RIERA / EUGENIO RODRÍGUEZ. EIVISSa

Esta medida también se impone a los municipios de más de 20.000 habitantes, todos los de Ibiza salvo Sant Joan, cuando se superan los valores límites de contaminantes que marca la normativa que regula la calidad del aire.

El Ayuntamiento de Ibiza ya anunció el pasado mes de octubre la delimitación de una ZBE, que afectará a toda la ciudad a partir del primer cinturón de ronda (60% de la población) y que dispondrá de nueve puntos de control (las entradas a la ciudad) con videocámaras. Tras las reuniones que el concejal de Movilidad, Aitor Morrás, mantuvo con todo tipo de colectivos de la ciudad, se decidió que la limitación sólo afectará a los vehículos que no tengan distintivo ambiental, que son aquellos de gasolina matriculados antes de 2001 y de diésel con anterioridad a 2006.

Los residentes en la zona afectada quedan excluidos de la prohibición, también todos los vehículos, tengan o no distintivo ambiental, que acceden a un aparcamiento público o privado situado en el interior de la ciudad. Además, tampoco afectará a vehículos de transporte de mercancías, servicios municipales y, obviamente, de emergencias.

El control se hará a través de las cámaras situadas en la entrada de la ciudad y los aparcamientos y un sistema informático que medirá el tiempo de acceso al parking. «Es igual a como se hace ahora en las zonas de circulación restringida (Acire). Se trata de evitar que los vehículos mas contaminantes den vueltas por la ciudad», explica.

Pese a que la ley obliga a aplicar esta normativa antes de 2023, Morrás afirma que «no se puede prohibir la entrada de vehículos a la ciudad hasta que la gente no tenga una alternativa real». Por ello, el concejal de Movilidad prevé que a lo largo de este año se apruebe la delimitación de la ZBE, pero se posponga su puesta en marcha hasta que el Consell de Ibiza adjudique las nuevas concesiones del servicio de autobús de la isla, que contemplan cuatro líneas urbanas para enlazar los barrios de Vila y los aparcamientos disuasorios. Ahora no hay ningún servicio de bus exclusivo de Vila. Morrás explica que la norma apunta la obligación de «establecer» la ZBE, lo cual, aunque aún no sea posible, «se cumplirá lo antes posible».

Los municipios con más de 50.000 habitantes también tienen la obligación de contar con un servicio de autobús propio. Para ello, el Ayuntamiento ha firmado un convenio con el Consell para que este servicio se incluya en la próxima concesión. La institución insular prevé que el concurso de los nuevos contratos se convoque próximamente, con la previsión de que pueda estar en marcha a mediados de este año.

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