Las Islas Balears se han consolidado este año, como ya se había visto en los dos anteriores, como un destino preferente en las rutas de de llegada de migrantes de procedencia argelina. En lo que llevamos de año han llegado más del doble de pateras a Formentera que en todo el 2020, por ejemplo. Hasta hoy, la pitiusa menor ha recibido 36 pateras con 517 migrantes, mientras que durante todo el año anterior arribaron 17 embarcaciones con 184 personas.
Las pateras llegadas a Ibiza, en cambio, han registrado un ligero descenso en comparación con hace un año. Este año el balance en la isla ha sumado 11 barcas con 140 personas frente a las 18 embarcaciones con 230 migrantes del año pasado. Aún así, la suma total en las costas pitiüsas durante este año ha aumentado notablemente, con 657 migrantes a bordo de 47 embarcaciones. En las Balears el total de las embarcaciones arribadas suma 152 pateras con 2.235 migrantes.
Cabe destacar que a finales del mes de septiembre el centro de acogida de menores de Ibiza, Padre Morey, rozaba su límite. También por primera vez, este año, han aparecido dos cadáveres en aguas de Formentera de migrantes argelinos que intentaban llegar a las costas españolas, según aseguraron familiares de los fallecidos.
Taxi patera
La primera patera que alcanzó las costas pitiüsas este año, lo hizo el 5 de febrero en la zona de Cala Vedella en Ibiza, con 16 migrantes a bordo, tres de ellos menores. Todos eran hombres jóvenes y la mitad de ellos argelinos. Desde entonces, el goteo de llegadas de pateras ha sido constante, en su mayoría con ocupantes de origen argelino, según han confirmado fuentes de la Delegación del Gobierno, que utilizan las islas como puerta de entrada a Europa para intentar llegas después a Francia o Bélgica.
En mayo, por primera vez en Balears, se produjo un desembarco desde un ‘taxi patera’. Un velero sin bandera desembarcó a cinco hombres jóvenes, todos de origen argelino, en las proximidades de la playa de es Arenals, en Formentera. El patrón del velero huyó a motor tras dejar a los migrantes, según testigos que se encontraban en la zona.
Durante el resto del año, la llegada de pateras a las Pitiusas fue aumentando progresivamente y en algunos fines de semana se han batido récords, lo que ha puesto al límite los recursos de las islas para la primera acogida a los recién llegados, antes de enviarlos a los CIES o dejarles en libertad.
A finales de julio fue localizada en Formentera una patera con ocho migrantes entre los que viajaba una mujer con un bebé. Sin embargo, la llegada más masiva de pateras a las Pitiusas se vivió el fin de semana 16 y 17 de octubre, cuando desembarcaron un total de 86 migrantes en siete embarcaciones procedentes de Argelia, entre ellos tres mujeres embarazadas. La llegada no se limitó a las costas de Ibiza y Formentera. En total fueron unas 19 embarcaciones con 243 ocupantes las que fueron interceptadas en Mallorca, Ibiza, Formentera y Cabrera durante todo el fin de semana, según Delegación del Gobierno.
Envío a un CIE
Al día siguiente, el 18 de octubre, 41 migrantes de los llegados a las Pitiusas salieron en un vuelo hacia Valencia para ingresar en un Centro de Internamiento de Emigrantes (CIE) y ser devueltos a su país de origen. Aina Calvo, delegada del Gobierno en Balears declaró que Argelia había abierto «una ventana temporal para recibir a sus nacionales con expedientes de devolución».
A lo largo de este año, la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (Ucrif) de la Policía Nacional ha detenido a 19 patrones de embarcaciones tipo patera en Balears. A los que hay que sumar los 16 detenidos acusados de un delito de sedición por la fuga del avión que aterrizó en Mallorca el pasado 5 de noviembre por una supuesta emergencia médica.
Dos muertos en aguas de Formentera
A finales de octubre aparecieron flotando en aguas de Formentera dos cadáveres con tan sólo cuatro días de diferencia y ambos en avanzado estado de descomposición. Se trataba de los cuerpos de Feriel Leroul, una mujer de 23 años, que se embarcó en una patera con su marido y su hijo de dos años, y Oussama Bouhraoua, un hombre de 20 años, que iba en la misma barca procedente del norte de Argelia. Pretendían llegar a España en búsqueda de una vida mejor, según aseguraron familiares de los fallecidos.
