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Telefónica y los viejos amigos árabes

Los países y sus empresas -privadas o controladas por el Estado-, han entrado en la competencia por la tecnología del dato. Y no todos los países juegan con las mismas armas

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. / EFE

Martí Saballs Pons

El 30 de noviembre de 2022, el viceministro de Defensa saudí Khaled bin Hussein Al Al-Bayari fue una de las personas que asistieron a la firma del contrato por los que el reino árabe encargaba a la empresa española Navantia la construcción de cinco corbetas. Como representante del Gobierno español estaba la, por entonces, ministra de Industria Reyes Maroto. Era un paso más en la relación especial, venta de armamento militar incluido, que une los negocios de ambos países desde hace décadas.

El número dos del ministerio saudí de Defensa es consejero de STC, empresa en la que desarrolló una larga carrera antes de ser su consejero delegado de 2015 a 2018. En el consejo comparte mesa con otro de los pesos pesados del entramado militar del país árabe: Waleed bin Ibrahim Shukri, miembro del comité de riesgos de la autoridad general que controla las industrias militares. Arabia es el quinto país con mayor gasto militar del mundo: 75.000 millones de dólares en 2022 Por delante: EEUU, China, Rusia e India.

El único representante occidental en el consejo de STC es el financiero alemán Arndt Reutenberg, fundador del banco de inversión del mismo nombre y que fue exjefe de estrategia de Deutsche Telekom. Alemania es uno de los mercados estratégicos de Telefónica. Para rematar, el director de proyectos de STC, José del Valle, trabajó 17 años en Telefónica.

Demasiadas casualidades e intereses para que nadie del Gobierno español y de un sector endogámico (como tantos otros) como el de las telecomunicaciones, supiera nada de lo que estaba ocurriendo en el mercado al hilo de la entrada de STC en el capital de la española, donde quiere ser el primer accionista.

Desde el 8 de abril de 2016, José María Álvarez Pallete preside TelefónicaSu objetivo ha sido establecer una estrategia adecuada para volver a generar un valor decente en una compañía que estaba altamente endeudada en un sector en plena transformación del modelo de negocio. Telefónica, que llegó a ser la empresa más valorada de España en el cambio de siglo, vio el valor de su acción caer desde máximos de 30,72 euros en marzo de 2000 a 2,79 euros en noviembre de 2020. Cuando Pallete asumió la presidencia una acción costaba 10,54 euros. El anuncio de la irrupción de STC, tras una revalorización inmediata, apenas ha significado variaciones respecto a los últimos meses. Se mantiene en la media de 3,85 euros.

Desde Telefónica llevan varios años insistiendo en que su negocio ya no es de telecomunicaciones, sino de gestión, desarrollo y distribución de datos propios y de sus clientes. Los datos, necesarios y estratégicos para el éxito de cualquier sector, son el nuevo petróleo.Tal como ocurre con el dominio de esta materia prima, los países y sus empresas -privadas o controladas por el Estado-, han entrado en la competencia por la tecnología del dato. Y no todos los países juegan con las mismas armas. Una pregunta para el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, que se reunió con Vladímir Putin esta semana: ¿Podría una empresa europea de telecomunicaciones o datos comprar el 9,9% de STC?