365 DIAS DESPUÉS

Un año del adiós de Ferrovial a España: así se gestó el traslado a Países Bajos de la mayor empresa de infraestructuras

En el último año, la compañía ha cerrado su mudanza, ha debutado en la bolsa de Ámsterdam y logrará el toque de campana en Wall Street en las próximas semanas

Rafael del Pino, presidente y máximo accionista de Ferrovial, durante la Junta de Accionistas en la que se aprobó el traslado de la empresa a Países Bajos.

Rafael del Pino, presidente y máximo accionista de Ferrovial, durante la Junta de Accionistas en la que se aprobó el traslado de la empresa a Países Bajos. / EFE

Gabriel Santamarina

Madrid, 28 de febrero de 2023, 17:43 horas. Ferrovial publica en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una 'información privilegiada': Proyecto común de fusión entre Ferrovial, S.A. (absorbida) y su filial holandesa íntegramente participada Ferrovial International SE (FISE, absorbente). FISE solicitará la admisión a cotización de sus acciones en Holanda, España y EE.UU. La mayor empresa constructora y de infraestructuras del país hacía un gran anuncioiba a dejar de ser una empresa española. Se desata la tormenta.

En seguida cambiaron las portadas de los digitales y se rediseñó el papel del día siguiente. Era la noticia del día. Este periódico tituló 'Del Pino traslada la sede de Ferrovial de España para impulsar su negocio internacional y cotizar en Wall Street'. En ese momento, las incógnitas eran muchas: ¿por qué este movimiento ahora? ¿Ferrovial quiere dejar de tributar en España? ¿Ahorrará impuestos? ¿Cuestiona el papel del Gobierno? La nota enviada al regulador dejaba otras. La más grande, Ferrovial aseguraba que Países Bajos era un país con un "marco jurídico estable", ¿acaso España no?

Las siguientes horas después del anuncio fueron convulsas: llamadas sin respuesta que nunca se produjeron, que abrieron una guerra dialéctica entre el Gobierno y el equipo directivo de Ferrovial, encabezado por Rafael del Pino, presidente, máximo accionista de la empresa y tercera mayor fortuna de España, solo por detrás de Amancio Ortega y su hija Sandra.

Un plan que no era nuevo

Aunque a muchos les cogió por sorpresa la mudanza, llevaba años en la agenda de Ferrovial, incluso desde antes de 2016. En ese año, los británicos se citaron a las urnas para votar en un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido dentro de la Unión Europea, cuyo resultado ya se conoce. De no haber acabado así, la mudanza de Ferrovial nunca hubiese sido a Países Bajos, sino a Reino Unido.

Es más, originalmente la empresa liderada ahora por Ignacio Madridejos constituyó en Reino Unido, en 2015, Ferrovial International SE (Sociedad Europea), filial convertida en matriz del grupo ahora. En aquel momento, Gran Bretaña era el país que aportada la mayor parte de los ingresos, alrededor del 36%. Tras el Brexit, en 2019, esta sociedad mudó su sede de Oxford a Ámsterdam.

El traslado llevaba años dando que hablar dentro del seno del Consejo de Administración. Los consejeros independientes consideraban positivo para la compañía salir a cotizar en otros mercados, especialmente en Estados Unidos, pero el propio Rafael del Pino se oponía. Hasta tal punto llegó el asunto que estaba todo preparado para hacerlo un año antes, pero el presidente no dio su aprobación. Del Pino se resistió a que Ferrovial perdiese su 'españolidad'.

Treinta minutos de llamadas perdidas

La mudanza de Ferrovial de España se llevó con un secretismo absoluto. Hasta tal punto, que ni la familia Del Pino supo de la noticia hasta que se publicó en los medios de comunicación. Incluso, algunas fuentes apuntan que Ignacio del Pino, hijo de Rafael y llamado a suceder a su padre al frente de la empresa de infraestructuras, no era consciente del movimiento y se enteró nada más aterrizar de un vuelo.

El traslado fue aprobado en el Consejo de Administración de ese mismo día, convocado de forma ordinaria para aprobar los resultados del ejercicio fiscal de 2022. Fue una decisión pensada. Tras publicar los números del año, Ferrovial debía convocar una Junta Ordinaria de Accionistas, en la que también se votaría su marcha de España. La empresa quería evitar a toda costa contarlo en otro momento, una decisión que hubiese obligado a convocar una Junta de Accionistas Extraordinaria 'ad hoc', que podría haber llegado a interpretarse como un referéndum 'España sí' o 'España no'.

El Consejo cerró su reunión sobre las cinco de la tarde, momento en el que se pasó a enviar toda la documentación a la CNMV para su posterior publicación. Del Pino tenía unos minutos de oro para adelantar la noticia a las principales figuras del país, que previamente había seleccionado. No hay constancia de que llamase al Rey Felipe VI, pero sí a Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La relación entre el Ibex-35 y el Gobierno

A los que sí llamó fue a varios miembros del Gobierno, encabezado por Pedro Sánchez y con Nadia Calviño, ahora al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y María Jesús Montero como titulares de las carteras de Economía y Hacienda, respectivamente. Nadie respondió a la cita telefónica del presidente de Ferrovial. Las relaciones entre los principales directivos del Ibex-35 y los miembros del Ejecutivo no pasaba por sus mejores momentos, como así se ha mostrado en las reuniones públicas que han mantenido ambas partes en el Foro de Davos.

La primera en devolver la llamada fue Raquel Sánchez, entonces ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y ahora al frente de Paradores, pasadas las nueve de la noche. La conversación fue corta: la Ministra quería que este tema se tratase en una reunión física al día siguiente en el número 67 del Paseo de la Castellana, cuartel general del antiguo Ministerio de Fomento. Nadie más del Ejecutivo se puso en contacto ese día.

Al día siguiente Calviño y Montero sí se pusieron en contacto con Rafael del Pino. La ministra de Hacienda era perfectamente consciente, posiblemente gracias a su equipo asesor, del impacto impositivo que tenía la marcha de Ferrovial para las arcas españolas. No lo consideró algo relevante al tratarse de una cuantía menor, alrededor de 25 millones de euros al año, sobre todo visto el tamaño de la empresa constructora y de infraestructuras, cuyo último dato de ingresos supera los 8.500 millones de euros.

El que nunca llamó fue Pedro Sánchez, que encabezaba la guerra dialéctica con los ejecutivos del Ibex-35, una relación tensa que se ha aliviado tras salir reelegido en el cargo el pasado mes de septiembre. El Presidente a las pocas horas se embaucó en viaje a Irlanda, Dinamarca y Finlandia, un vuelo en el que se mostró notoriamente enfadado con la decisión de Ferrovial en presencia, entre otros, de sus asesores y de varios periodistas.

Un año después

Uno de los argumentos que más se defendieron desde el Ejecutivo, amparados en la CNMV, era que Ferrovial no tenía ninguna necesidad de irse a Países Bajos si lo que pretendía era acabar cotizando en Estados Unidos. Por el contrario, el equipo de la empresa aseguraba que era más sencillo hacerlo siendo una empresa radicada en el país de los tulipanes.

Casi un año más tarde, el pasado mes de enero, un documento pedido a través de Transparencia dio la razón a Ferrovial: era más sencillo para la compañía española saltar a bolsa neoyorquina siendo una empresa holandesa, "al existir precedentes de compañías que han transitado el proceso de la cotización directa", que con sede en España, donde no se había hecho nunca.

Ese balón de oxígeno se une al precio de las acciones de Ferrovial en bolsa. Antes del gran anuncio, las participaciones cotizaban en poco más de 25 euros. Un año más tarde, superan los 34 euros, tras batir sus máximos históricos logrados antes del estallido de la pandemia, en 2020. Una revalorización bursátil de más del 35% para los accionistas e inversores de la compañía, que siempre respaldaron la decisión del Consejo de Administración.

Poco a poco, Ferrovial va cumpliendo con sus hitos: salió a cotizar en la Bolsa de Ámsterdam, en la que apenas se compran y venden acciones, y espera en las próximas semanas hacerlo también en Wall Street, donde desde la empresa siempre han defendido que les esperan con ansias.