Política monetaria

El BCE eleva un cuarto de punto los tipos de interés, hasta el 4,25%, como hace 15 años

La institución incrementa en 0,25 puntos el precio del dinero para luchar contra la inflación

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Agustí Sala

El Banco Central Europeo (BCE) mantiene su pulso contra la inflación. La autoridad monetaria de la zona euro ha acordado un nuevo aumento de los tipos de interés de un cuarto de punto, hasta el 4,25%el nivel más elevado en 15 años, justo en vísperas de la gran crisis financiera que comenzó con la caída de Lehman Brothers. El alza es la novena consecutiva desde que en julio del año pasado comenzó un nuevo ciclo de subidas acordadas en cada reunión del organismo, que se celebra cada mes y medio. En este periodo, el precio del dinero ha pasado del 0% al actual 4,25% como consecuencia de la política monetaria para tratar de frenar el aumento del nivel general de precios después del inicio de la guerra en Ucrania, que es la prioridad del BCE, ha reiterado la presidenta del organismo, Christine Lagarde.

El punto más importante para entender esta política monetaria es la inflación, que en junio bajó del 6,1% al 5,5%. Pero, aunque el encarecimiento de los alimentos frescos fue del 9%, seis décimas por debajo del dato del mes anterior, en los servicios, el sector de mayor peso en la economía, los precios subieron un 5,4% interanual. Todo ello se mantiene alejado del objetivo de una inflación a medio plazo del 2% que persigue el BCE. Solo España, por el momento, se ha situado por debajo de ese umbral, con el 1,9% en junio pasado. "La inflación continúa disminuyendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo", afirma el consejo de gobierno del BCE en su comunicado oficial. Eso deja la puerta abierta a futuras nuevas subidas, si bien Lagarde no ha querido anticipar decisiones "que se basan en datos".

La presidenta del BCE ya avanzó tras la reunión de junio, en la que se aprobó una subida de 0,25 puntos, hasta el 4%: "¿Hemos acabado, hemos terminado el viaje? No, no estamos en el destino. ¿Todavía tenemos terreno que cubrir? Sí. Y puedo ir más lejos: salvo que haya un cambio material en nuestro escenario base, es muy probable que sigamos subiendo las tasas en julio".

El BCE afirma que "la evolución desde la última reunión respalda la expectativa de que la inflación continuará descendiendo durante el resto del año, pero se mantendrá por encima del objetivo durante un período prolongado. Si bien algunos indicadores muestran signos de moderación, la inflación subyacente se mantiene en niveles, en general, elevados". A la vez añade que "las anteriores subidas de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza: las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y están frenando cada vez más la demanda, lo que es un factor importante para que la inflación vuelva al objetivo". Lagarde ha explicado que los factores externos que elevaban la inflación han dado paso a factores internos, como las subidas salariales y los márgenes empresariales.

Tras la nueva subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU el miércoles, que los ha situado en el nivel más elevado en 22 años, con una horquilla del 5,25%-5,50%, todos los ojos estaban puestos en el BCE. La autoridad monetaria el euro asegura que las "decisiones sobre los tipos de interés seguirán basándose en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria".

A su vez, en su comparecencia, Lagarde ha destacado que "las perspectivas a corto plazo han empeorado. El sector manufacturero se mantiene a la baja, también por la debilidad de la demanda externa. Los servicios resisten mejor, pero el impulso se ralentiza. El crecimiento seguirá siendo débil a corto plazo, pero luego se afianzará la recuperación".

Reservas mínimas al 0%

El consejo de gobierno también ha decidido fijar la remuneración de las reservas mínimas obligatorias de los bancos en el 0%. Esta decisión "preservará la efectividad de la política monetaria manteniendo el grado de control actual sobre la orientación de la política monetaria y asegurando la transmisión plena de las decisiones sobre los tipos de interés a los mercados monetarios", según el BCE. Asimismo, "mejorará la eficiencia de la política monetaria al reducir el importe total de intereses que debe pagarse por las reservas a fin de aplicar la orientación adecuada". Esta medida rebajará la factura que el BCE debe pagar a las entidades financieras.

En junio, Lagarde ya dio pistas sobre las futuras decisiones al afirmar que, en ningún momento, se había discutido la posibilidad de una pausa en la subida como hizo la autoridad monetaria de EEUU el mes pasado. En todo caso, algunos miembros del BCE, entre los que se encuentran los denominados 'halcones', que están más a favor de la política monetaria restrictiva, explicaron que no era seguro que en septiembre fuera a haber una nueva subida y que la decisión, en todo caso, dependerá de los datos económicos. El objetivo es evitar que un incremento excesivo del precio del dinero acabe provocando una paralización de la economía. Eso, de hecho, ya se refleja en la actualización de las 'Perspectivas de la economía mundial' del Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidas esta semana, en las que se recoge una ralentización del crecimiento global.

De la decisión del BCE dependen muchas variables, especialmente el acceso al crédito. Uno de los elementos que más lo sufre es el euríbor a un año, que es la referencia que se emplea en las hipotecas de interés variable, situadas desde hace semanas por encima del 4%, el nivel de hace 15 años.

Afecta no solo a las que están en vigor, especialmente las que se encuentran en su primer tercio de duración, la parte en la que se cargan más intereses, sino el acceso a nuevas. Incluso ha comenzado a variar la configuración del mercado, con recuperación de terreno por parte de las hipotecas a interés variable, con tipos más atractivos; y retroceso de las e tipo fijo que, en julio del año pasado alcanzaron su techo, al suponer casi tres de cada cuatro nuevas. En todo caso, las que ganan más terreno son las mixtas, en las que un primer periodo de 5 o 10 años es a tipo fijo y el resto, variable.