Sorteo Extraordinario 2022

Así consiguió Loterías facturar más que Lidl: reparte 'solo' el 70% de lo ingresado en Navidad

Loterías y Apuestas del Estado S.M.E fue en 2020 la 13ª empresa española con mayores ingresos y la primera 100% pública

Imagen de archivo de una administración de lotería.

Imagen de archivo de una administración de lotería. / Pixabay

Gabriel Santamarina

Hubo una época en la que en España éramos ricos. El Estado contaba con una legión de empresas públicas que, más de veinte años después, siguen entre las compañías más importantes del país, algunas incluso en el Ibex-35. Endesa, Gas Natural, Red Eléctrica, Repsol, Iberia, Transmediterránea, Argentaria, Aceralia o Indra son algunos de los soldados del imperio económico que un día estuvieron en manos de la Administración pública.

Con la modernización de la economía española y la posterior entrada en la Unión Europea y el euro, José María Aznar comenzó las grandes desinversiones públicas y la liberalización de la economía nacional. A pesar de las numerosas ventas, el Estado mantuvo la propiedad de otras empresas que, bajo el paraguas de servicio público, han servido para acumular pérdidas durante los últimos años.

En 2021, Correos perdió 96 millones de euros; Renfe, 350 millones; Adif Alta Velocidad, 460 millones; la constructora naval Navantia, 82 millones; la Agencia EFE, 9 millones; o la energética Grupo Hunosa, 8,5 millones. Más allá de esta legión de números rojos, el Estado mantiene la propiedad de la gallina de los huevos de oro, una empresa que todo español conoce, pero de la que no se escriben muchos titulares, Loterías y Apuestas del Estado.

La gallina de los huevos de oro

La Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado S.M.E. cerró el ejercicio fiscal de 2021 con unos ingresos de nada más y nada menos que 9.359 millones de euros, declarando un beneficio en sus operaciones de 1.944 millones. Estos resultados son muy similares a los registrados en el año 2019, después de que en 2020 (año pandemia) tuviese una corrección de sus ingresos cercana al 20%.

Esta cuenta de resultados le posiciona como una de las empresas más importantes del país, en concreto la número 13 en 2020, según el ránking elaborado por InfoCif. Ese año quedó por encima en facturación de las filiales españolas de gigantes como Lidl, Orange, Acciona, BP o las automovilísticas Peugeot-Citroën, Renault y Mercedes Benz.

Más allá del valor de los abultados resultados, Loterías y Apuestas del Estado forma parte del monopolio-oligopolio de los sorteos diarios. Se cuentan con los dedos de una mano el número de empresas que celebran de forma periódica sorteos de estas características: la Cruz Roja y el sorteo del Oro, la Once y sus boletos, y Loterías.

La ruleta o el bingo

En 2021, la Lotería de Navidad contaba con 172 millones de décimos que, a 20 euros la unidad, da una recaudación potencial de la friolera cantidad de 3.440 millones de euros. Pero, ¿cuánto de ello repartió? Concretamente el 70%, 2.408 millones. Partiendo de la base de que ningún juego de apuestas en el que interviene un agente con fin de lucro reparte más dinero del que ingresa, el sorteo navideño es uno de los que menos lo hace de todas las modalidades.

En el caso de las apuestas, el margen de la casa Bet365 en la final del Mundial entre Argentina y Francia fue del 4% -según cálculos de este periódico-, mientras el 22 de diciembre Loterías y Apuestas del Estado obtiene un 30%. También el bingo físico tiene una comisión menor, que puede ir desde el 10% hasta el 30%, según el especializado blog fr9.es. Tampoco las máquinas tragaperras son tan rentables como la rifa cantada por los niños de San Ildefonso, que cuenta con un margen entre el 2% y el 4%; ni las ruletas físicas, que reparten alrededor del 80% de sus ingresos, de acuerdo a lo que anuncian las propias máquinas.

Hacienda siempre gana

Si hay alguien al que cada año le toca un suculento premio en la Lotería de Navidad, ese es Hacienda. El ministro de economía del Partido Popular durante la primera legislatura de Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro, en un contexto de grave crisis económica, introdujo el impuesto a los premios. A través de la Ley 16/2012, comenzó a gravar con un 20% a los agraciados con premios que superasen los 2.500 euros. Ahora esta norma ha sido modificada por encima de los 40.000.

Según un informe elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda Gestha, el próximo 22 de diciembre Hacienda será desafortunada en el amor y agraciada en el juego porque le caerán 163,8 millones. De cada ganador del primero premio, dotado con 400.000 euros al décimo, las arcas públicas recibirán 72.000. Del segundo captará 17.000 euros y del tercero 2.000 euros.

La situación es paradójica: un ciudadano paga 20 euros a una empresa pública, la cual solo reparte 14 euros en premios de ello y si resulta agraciado deberá pagar un impuesto. Es un mecanismo casi perfecto en el que siempre gana la Administración Pública, Hacienda y Loterías y Apuestas del Estado.