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‘Historia de las ‘sitcoms’: reflejo del paso del tiempo

La serie documental de Movistar Plus+ traza un recorrido por las comedias de situación americanas que, desde los años 50 hasta hoy, han ido mostrando los cambios sociales que se han produciendo en el sexo, la familia, el trabajo o la amistad

Según la prensa de la época, Jerry Seinfeld estuvo a punto de salvarle la vida a Frank Sinatra. El 14 de mayo de 1998, 76 millones de personas se pusieron delante de una televisión para ver cómo terminaba esa serie (Seinfeld) en la que nunca pasaba nada. Las calles de Los Ángeles se vaciaron de coches entre las ocho y las diez de la noche, así que la ambulancia que transportaba al crooner pudo circular a toda velocidad sin encontrarse con ningún atasco. El artista no sobrevivió al ataque al corazón que le mandó al hospital, pero posiblemente los guionistas habrían hecho alguna broma sobre la anécdota si la comedia hubiese seguido en antena.

Sin duda, la sitcom protagonizada por un grupo de colegas es una de las más famosas en su categoría. De ahí que tenga una presencia de peso en Solo amigos, el primer capítulo de la serie documental de ocho episodios Historia de las sitcoms. Estrenada en la cadena estadounidense CNN en 2021, se acaba de añadir al catálogo de Movistar Plus+. Cada entrega supone una minicronología de cómo estas ficciones han reflejado en sus guiones los cambios sociales que se han producido con el paso del tiempo, siguiendo temáticas concretas como el sexo, la familia, el trabajo o la amistad.

Además de realizar un exhaustivo proceso de documentación, el equipo de Bill Carter y John Ealer –experiodista de The New York Times y productor respectivamente– entrevistó a 184 personas entre actores, productores, críticos de televisión y creadores para hilar la narración. Hasta el 15 de mayo, que se colgará el segundo, en Movistar Plus+ solo se puede ver el episodio con el que arranca Historia de las sitcoms, dedicado a la amistad. En él se explica que, aunque las comedias de situación estadounidenses nacieron a mediados del siglo XX, fue a partir de los años 70 cuando las protagonizadas por amigos captaron la atención del público.

Una de las primeras en triunfar fue La extraña pareja (1970-1975, NBC) de Garry Marshall, cuya trama orbita en torno a la relación de dos hombres de mediana edad divorciados que comparten piso. El dúo está formado por dos polos opuestos: el pulcro y responsable versus el desastroso y mujeriego. La fórmula se ha repetido varias veces desde aquellos años.

La ruptura de las parejas también afectó a la cotidianeidad de sus hijos, que, de pronto, empezaron a pasar más tiempo solos en casa delante de la tele y se convirtieron en objetivo de las cadenas. De ahí que títulos como Welcome Back, Kotter (1975-1979, ABC), con un jovencísimo John Travolta de protagonista, resultasen un éxito. En un principio, los elencos de esas ficciones dirigidas a los adolescentes estaban compuestos por blancos. Las cadenas comprendieron que podían aumentar mucho sus audiencias si captaban a otro grupo social: los jóvenes afroamericanos, a los que sedujeron con What’s Happening!! (1976-1979, ABC). Esa división de ficciones para personas blancas o para personas racializadas se extendió hasta el siglo XXI con pocas excepciones como The Facts Of Life (1979-1988, NBC). Esta no solo fue la primera sitcom en contemplar la pluralidad racial, sino también en incluir a una actriz con diversidad funcional. Pero hasta que no llegaron series como Community (2009-2015, NBC), no hubo muchos más ejemplos.

Al llegar a los años 80, los adolescentes que se habían divertido con sus sitcoms en los 70 necesitaban nuevos amigos televisivos. Su realidad se había llenado de hipotecas, obligaciones laborales y familiares, así que evadirse durante un rato con ellos podría suplir un poco la falta de vida social. Y apareció Cheers (1982-1993, NBC), la serie del bar en el que todo el mundo se conoce que, además de animar al público, introdujo en los guiones el infalible tropo de la duda sobre si los protagonistas acabarán juntos o no. Pero no solo los treintañeros necesitaban ficciones: los baby boomers envejecían y también veían la televisión, así que Las chicas de oro (1985-1992, NBC) fue un bombazo. Lo que no se imaginaban sus creadores es que esa teleserie protagonizada por tres mujeres de mediana edad y una anciana que comparten piso en Miami iba a triunfar entre su público objetivo pero también entre la juventud.

Seinfeld y Friends no son rivales pero sí opuestas. Mientras que los personajes de Marta Kauffman y David Crane intentan ser buenas personas, tienen aspiraciones profesionales, románticas y se apoyan los unos a los otros, en el grupo ideado por Jerry Seinfeld y Larry David ocurre todo lo contrario. La usuaria de X @girlwithhorn definió a la perfección la esencia de la serie en un post que se hizo viral: «Seinfeld es el mejor programa de todos los tiempos. Nadie quiere trabajar. Nadie tiene objetivos profesionales. Nadie quiere formar una familia. Todo lo que quieren hacer es echar un polvo y pasar el rato con sus amigos. Es muy inspirador».

Falta de diversidad

Cuando Seinfeld dijo adiós a sus espectadores, Friends (1994-2004, NBC) ya llevaba cuatro años en emisión y desde el primer momento tuvo un gran éxito de audiencia. Un año antes, la Fox había estrenado Living Single (1993-1998), una comedia sobre un grupo de mujeres negras que comparte piso en Brooklyn. Yvette Lee Bowser, creadora y productora ejecutiva de la serie, comenta en el documental que «los personajes están basados en mí y en mi grupo de amigas», que fue lo mismo que alegó Kauffmann cuando, años después de su estreno, se señaló la absoluta falta de diversidad en Friends. «Era producto de la época y de mi propia ignorancia. Había series de negros y series de blancos, pero no había series interraciales. Supongo que en aquel momento pensaba ‘esto es lo que conozco’», comenta en Historia de las sitcoms.

Fue un fallo en el que también incurrieron los creadores de Cómo conocí a vuestra madre (2005-2014, CBS), cuyos protagonistas también eran todos blancos. Aunque se postuló como sucesora de Friends y tuvo muchos seguidores, llegó tarde. Las sitcoms que triunfan reflejan la realidad de la sociedad (aunque sea de manera edulcorada) y personajes como el mujeriego Barney Stinson o el propio Ted Mosby, manipulador disfrazado de hombre profundamente enamorado, ya eran ejemplos de lo que no se debería ser. Fueron series como la mencionada Community o incluso la cándida New Girl (2011-2018) las que apostaron por la auténtica diversidad racial de sus protagonistas (aunque la representación de otros colectivos como el LGTBIQ+ o la diferencia de clases no está contemplada).

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