‘El correo’, la corrupción en España, a escena

El realizador catalán Daniel Calparsoro estrena el filme con el que viene a completar su particular díptico sobre los bajos fondos de Madrid, proyecto que arrancó en 2020 con ‘Hasta el cielo’ y que cierra retrotrayéndose a los años de la entrada del euro

Imagen pormocional de 'El correo'.

Imagen pormocional de 'El correo'. / DI

Alicia G. Arribas/EFE

Daniel Calparsoro estrena ‘El correo’, una especie de ‘cierre’ de un díptico sobre los bajos fondos de Madrid que inició con ‘Hasta el cielo’ (2020) y en el que le da un repaso a los años de corrupción que siguieron a la entrada el euro en España. Eso sí, el realizador asegura que todo aquello podría volver en nuestro tiempo: «Parece que no aprendemos», comenta el catalán.

La película «habla sobre nuestro país y además lo hace en clave de presente (...), y aunque es una película superfresca y que trata cosas que pasaron entre el año 2000 y 2010, podría transcurrir hoy en día», asegura el realizador, que hace solo cinco meses que estrenó ‘Todos los nombres de Dios’, un proyecto que, como este de ‘El correo’, se había quedado atorado en la pandemia. La casualidad ha querido que se estrenen en cine casi a la vez.

«Fue un encargo especial de Netflix», explica. ‘Hasta el cielo’, señala, «llegaba solo a tocar ciertas altas esferas, y de ahí salió la idea de hacer una película ya directamente sobre el lavado de dinero que se mencionaba en el final de la película, y que acabara con las relaciones con la mafia China». Solo que en vez de ir hacia adelante en el tiempo, los guionistas de ‘El correo’, Alejo Flah y Patxi Amezcua, han decidido ir hacia atrás: a la llegada del euro a España.

«Eso sí que fue la gran estafa», señala el protagonista absoluto de la cinta, interpretado por Arón Piper, un aparcacoches en un club de golf de lujo que ve como ante sus ojos, y sin ningún pudor ni cuidado, se trapichea con maletines llenos de dinero. «Es la historia de Iván —explica Calparsoro—, un chico de barrio que no quiere acabar como su padre, que quiere progresar en la vida y hacerlo deprisa. Tiene muchísima ambición, es muy listo, y ve que a su alrededor la gente se enriquece con mucha rapidez».

Una potente organización de blanqueo.

Gracias a su aspecto de chico educado es ‘adoptado’ por una atractiva mujer belga (Laura Sepul), experta ‘lavadora de dinero’ que lo introduce en una potente organización de blanqueo. Pronto empezará a transportar maletines rumbo a Bruselas y Ginebra, dinero procedente de las famosas comisiones del 3% de políticos, constructores e intermediarios. «Cuanta más construcción, más dinero negro», le explica al ‘correo’ un concejal de Urbanismo al que está extorsionando, Acosta, impecablemente interpretado por José Manuel Poga.

«A Iván le mueve la ambición. Tiene poco miedo a las consecuencias, él apuesta y lo apuesta todo. Esto, junto con la combinación de ser listo, que listo es un cacho —precisa Piper—, le hace llegar hasta donde llega». Porque a la ambición y el dinero, señala el actor español (nacido en Berlín), se suma «la impunidad». «De hecho —añade—–, sentían que podían incluso alardear de sus casas y de sus coches, un poco igual que los narcos o la mafia».

Esto en la capa interna del filme, pero la externa habla directamente de diez años de la historia de España en los que se sucedieron tres gobiernos diferentes —y de distinto signo político— y donde estos personajes hicieron sus fortunas. María Pedraza, que ya coincidió con Arón Piper en la serie ‘Élite’, es en ‘El correo’ la hija de Paco Escámez (Luis Tosar), un hombre sin escrúpulos y de extracción baja que aprende rápido a disfrutar del lujo de los ricos. Ella destaca otra característica del filme: sin ser un documental, cuenta de forma resumida y eficiente la historia real de España.

Otra curiosidad de la cinta es que el ingeniero informático Hervé Falciani, autor de la famosa lista que dinamitó el secreto bancario que protegía a los corruptos, aparece en persona para explicar a Iván cómo era el método utilizado para evadir impuestos.

En opinión de Poga, ‘El correo’ debería servir para «tomar un poco de conciencia de lo que pasó», aprovechando la perspectiva de «cuando normalizábamos que apareciera Jesús Gil en la tele en un jacuzzi con dos señoras en bikini. Por lo menos —dice—, no repetirlo, que no se legitime la corrupción».

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