Gastronomía de guerra | Tortilla de calabacín y ‘sobrassada’

Este plato, una vuelta de tuerca a la tradicional tortilla francesa, es ideal para cuando no se tiene mucho tiempo

Tortilla de calabaciín y sobrassada.

Tortilla de calabaciín y sobrassada. / M.T.

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Caliente, gustosa, crujiente por fuera y cremosísima por dentro. Así es esta tortillita. Un plato, además, sencillísimo y que se prepara en quince minutos. Es una vuelta de tuerca a la tortilla francesa de toda la vida que es, sin duda, una de las cenas más ricas y socorridas de la gastronomía. Siempre que no quede seca, claro. ¿Sabéis que una de las pruebas que hacen en muchos restaurantes a quienes aspiran a trabajar es preparar una tortilla francesa? Parece fácil, pero no lo es tanto. El único truco para esta receta es dejar que se derrita bien el queso. El de fuera, que es el que le dará el toque crujiente, y el de dentro, el punto cremoso. Evidentemente, si sois muy muy del queso, no os cortéis, ponedle todo el que queráis. Eso sí, para aseguraros de que se derrite el que ponéis en el centro, bajad el fuego y tapad la sartén también en la segunda parte de la receta. Hemos optado por productos de la isla, sobrasada de porc negre y queso de cabra ibicenco, pero se pueden buscar opciones más económicas.

Ingredientes (para una persona)

  • 1 calabacín (0,6€)
  • 3 huevos (0,8€)
  • 150 gramos de queso de cabra ibicenco (4,5€)
  • 1 pellizco de ‘sobrassada de porc negre’ (1,5€)
  • Sal y pimienta

Precio por ración

7,40€

Preparación

—Empezamos con el calabacín. Lo rallamos, le ponemos un pellizco de sal y lo dejamos unos diez minutos en un colador para que pierda el agua.

—Mientras, podemos rallar el queso o, si es muy blandito y al rallarlo se queda todo en el rallador, lo picamos a cuchillo. De todas formas, hay dos trucos para no tener que andar rascando luego para recuperar todo el queso que se ha quedado pegado en el utensilio de cocina: engrasar el rallador con un poco de aceite de oliva o poner el queso unos quince minutos en el congelador antes de rallarlo.

—Pasados los diez minutos, estrujar el calabacín para que acabe de perder toda el agua. Añadir pimienta y un poco de sal (la anterior se habrá ido con el agua) y los tres huevos. Batir con un tenedor, igual que si hiciéramos una tortilla.

—Añadirle la sobrasada a trocitos. Al gusto. Yo le pongo poca, porque me gusta notar el sabor de los demás ingredientes, pero si os gusta mucho la sobrasada, adelante. ¡Sin miedo!

—Poner una sartén al fuego y, cuando esté caliente, colocar tres cuartas partes del queso cubriendo la superficie. Dejar que se derrita y añadir la mezcla de calabacín. Bajar el fuego y tapar la sartén para que se haga bien el huevo.

—Cuando veamos que el huevo está cuajado. Destapar la sartén, añadir en una mitad el queso que habíamos reservado y cubrirlo doblando la tortillita en dos. Darle la vuelta para que se derrita el queso y lista.

El toque gourmet

Está muy rica si en el centro, a la vez que el queso y antes de doblarla, se le añade medio aguacate cortado en láminas.

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