Coses Nostres

La palmera de los acantilados en Ibiza y Formentera

La única palmera autóctona de las islas solo puede encontrarse en las paredes que miran al mar entre el norte y oeste de Ibiza y en La Mola

Sa punta de ses Torretes, lugar
destacado en los acantilados
del noroeste de Eivissa. CAT.

Sa punta de ses Torretes, lugar destacado en los acantilados del noroeste de Eivissa. CAT. / Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

En Ibiza y Formentera pueden verse diversos tipos de palmera, como las palmeras washingtonia, las palmeras canarias, las datileras y las palmitas. Pero solo una, y no es ninguna de las citadas, no ha sido introducida en las islas por los seres humanos para decorar sus jardines.

La única palmera considerada autóctona es la especie Chamaerops humilis, un palmito conocido con los nombres populares de garballó, palmer y margalló (los dos primeros son más habituales en Balears, mientras que el tercero se usa preferentemente en Catalunya). Esta palmera pequeña es, de hecho, una de las dos únicas especies del amplio grupo de las arecáceas que es nativa del continente europeo, junto a la palmera datilera de Creta (Phoenix theophrasti), y es un endemismo de las regiones del Mediterráneo occidental.

Además de ser la única palmera autóctona, tanto de la Península como de Balears, este garballó tiene otras características especiales. Y la primera de ellas es que su distribución pitiusa ha quedado relegada a los acantilados del norte, noroeste y oeste de Ibiza y en La Mola, en Formentera. Desde el mar, es relativamente fácil encontrar estas plantas en los peñascos de la zona comprendida entre ses Balandres y es Cap des Mossons (Cap d’Aubarca); las de la fotografía se hallan entre Cala d’en Sardina y sa Punta de ses Torretes.

En la Enciclopèdia d'Eivissa i Formentera también citan, como zonas de distribución, l’Oliva, el puig Pelat de cala Vedella, es penyal de s’Àguila y los islotes de es Vedrà y es Vedranell.

Más allá de su presencia exclusiva en acantilados, siempre mirando al mar, y de su carácter autóctono, otra particularidad es el uso que en las islas se ha hecho de estas palmeras. En el último número (el tercero) del butlletí de la Xarxa d’Espais Naturals de les Illes Balears se recuerda que, tradicionalmente, las hojas del garballó, «o palmes», se han utilizado para fabricar «senalles, capells i graneres» y ofrece un dato que muestra la importancia de esta artesanía en Balears: «a mediados del siglo XX, un 60 por ciento de los habitantes de Artà y Capdepera trabajaban la obra de palma». En este tercer boletín editado por la conselleria balear de Medi Ambient y Territori —que puede descargarse en su web— también hay algunas páginas dedicadas al taller ocupacional de Can Marroig y a los Diaris de les Reserves que los técnicos de las Reserves Naturals des Vedra, es Vedranell i els illots de Ponent han creado como recurso de educación ambiental.

Asimismo, la palmera autóctona de las islas es una planta resistente a los incendios (rebrota tras el fuego) y ha dejado su nombre en algunos topónimos, como la punta de Garballons, en Formentera, o la Font des Margalló, en Sant Miquel.

En cuanto a su aspecto, se caracteriza por tener un tronco columnar que puede alcanzar más de dos metros, aunque suele ser mucho más pequeño, y por sus hojas en forma de abanico. La forma que adoptan las múltiples hojas saliendo del tronco recuerda en la distancia a los plumeros de los espirógrafos marinos, unos políquetos que están formados por un tubo del que surge una corona de tentáculos plumosos que se asemejan, en su configuración, a las hojas de las palmas.

ENDEMISMO DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL

El garballó es una especie endémica de las regiones del Mediterráneo occidental y la única especie de palmera que es autóctona tanto en la Península ibérica como en Balears. Está distribuida también en el norte de África. 

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