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La punta de es Pujolets una hora después del atardecer.CAT

Coses nostres

Varaderos en la frontera azul

En un rincón de la punta de es Pujolets están enclavadas trece casetas de pescadores, cerrando la bahía de Cala Tarida y dando la espalda al mar

El conjunto de casetas varadero de es Pujolets es uno de los menos conocido de las islas aunque su situación, dando la espalda al mar profundo, a los vientos y a la puesta de sol, le confieren un valor paisajístico especial. Desde arriba, desde el acantilado y mirando hacia el oeste, esta frontera norte de la bahía de Cala Tarida parece ser también una frontera entre dos aguas; en la punta en la que las casetas de pescadores están enclavadas, se unen los azules del mar, el azul turquesa al que confiere claridad la blanca arena del fondo y el azul profundo de aguas mar adentro. Aun de noche, a la luz de la luna –o de la contaminación lumínica derivada de la urbanización imparable de Cala Tarida–, se distinguen los distintos tonos azulados del mar.

Y aún más atrás, en el horizonte, en los primeros meses del año, puede observarse al sol esconderse, al atardecer, tras las montañas de la Península, de las costas de Jávea, en lugar de desaparecer directamente detrás del mar.

Es Pujolets es, en concreto, el nombre de la punta entera en la que se encuentra la hilera de casetas, y está formada por una serie de pequeños promontorios que posiblemente le confieran tal nombre, porque eso es lo que significa la palabra pujolets; pequeñas colinas. Contigua a la entrada de mar en la que se hallan los varaderos hay también una bahía de arena –la playa de es Pujolets o de sa Llanxa–, aunque acceder a esta pequeña playa por tierra, por la pendiente arcillosa, es empresa arriesgada.

En verano, la rada que forma es Pujolets cerrando Cala Tarida ofrece protección ante los vientos del norte. De hecho, la punta de es Pujolets es como un dique para la cala. Y si el conjunto de casetas varadero de este rincón cierra Cala Tarida al norte, al sur, otro conjunto de casetas, las de es Calonet, recuerda la tradición pesquera de la zona. Entre los dos enclaves etnológicos, el resto del pasado de Cala Tarida, incluidos sus valores naturales, ha sucumbido bajo el cemento y la vorágine urbanizadora, que sigue consumiendo el territorio mientras desaparecen todas las masas boscosas entre es Pujolets y Cala Molí. Urbanizaciones enteras han sustituido a bosques antiguos de pinos y sabinas, urbanizaciones que se han rodeado de jardines para dar la falsa imagen de encontrarse en la naturaleza que, en realidad, han eliminado. Y la mayoría de estas urbanizaciones hacen gala de ser sostenibles y ‘ecofriendly’.

LA CUEVA

En la punta de es Pujolets también existe una cueva, orientada hacia poniente, mirando hacia la puesta de sol.

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