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Dominical | Coses nostres

El devorador de flores de Ibiza

El escarabajo del sudario es uno de los coleópteros polinizadores más conocidos y abundantes de las islas, fácil de encontrar sobre diversas flores durante los meses de primavera y verano

Escarabajo sobre una margarita en Puig d’en Valls. CAT

Es un insecto negro con manchas blancas que mide poco más de un centímetro, un escarabajo con pelos blancos –de un brillo dorado– y unas características antenas con forma de maza. El escarabajo del sudario es llamativo, pero probablemente, como muchas especies de coleópteros, pasaría desapercibido si no fuera porque el lugar en el que es fácil verlo –comiendo o copulando– es el centro de las flores, destacando por su tamaño y su negro metalizado. A partir de marzo y sobre todo en abril, margaritas, flores de ciruelo, zanahorias silvestres o gladiolos se ven invadidos por estos polinizadores que algunos jardineros consideran una plaga porque, además de comer polen, también devoran las flores; en una mañana, un grupo de ellos puede dejar sin pétalos una jardinera de lirios, pero el daño que provocan es básicamente estético. 

Además de comer polen también devoran las flores

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La historia del escarabajo del sudario es la historia de un colonizador. El profesor de zoología de la UIB Miguel Ángel Miranda, especializado en entomología, explica que es uno de los coleópteros más comunes en la región Paleártica (una de las ocho ecozonas en las que se divide la Tierra y que comprende toda Europa, Asia al Norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga) y que se halla distribuido en 47 países. El escarabajo del sudario «es considerado un relicto de las etapas glaciales», señala, lo que significa que, aunque podemos considerarlo hoy abundante, es en realidad un superviviente. Miranda añade que «no siempre ha tenido una distribución tan amplia y, de hecho, en algunos países, como por ejemplo la República Checa, está protegido por la legislación». 

Adaptación oportunista

En los años 90, este colonizador de las flores se extendió «de manera mucho más amplia en Europa, hasta llegar a la distribución que conocemos en la actualidad. Se puede decir, por tanto, que es una especie que ha pasado de una distribución bastante restringida a convertirse en una de las especies más comunes, incluso en algunas ocasiones se ha convertido en una plaga». 

El éxito de la especie –Oxythyrea funesta en su denominación científica– se debe a su «adaptación oportunista», al hecho de que es un polinizador generalista y que, por tanto, su lista de planta preferidas es muy amplia y, además, son plantas de hábitats distintos, desde jardines, bosques y áreas intermedias hasta zonas agrícolas y campos no cultivados. Curiosamente, prefiere las flores blancas y amarillas. En las islas, la especie no tiene un nombre particular, pero comparte la denominación de escarabats de les flors o daurats con otros coleópteros que se caracterizan por comer flores y que constituyen el grupo de los cetónidos. En Ibiza es también abundante la especie Tropinota squalida, un insecto con la misma forma y tamaño pero más peludo y menos manchado. Para los más expertos y observadores, también pueden identificarse estas dos especies por el número de dientes que se ven en las tibias de las patas anteriores; el escarabajo del sudario tiene dos dientes, mientras que Tropinota squalida presenta tres. 

Las connotaciones negativas que parecen tener los nombres de este insecto –escarabajo del sudario y funesta como denominación de especie– parecen deberse únicamente a su aspecto y color, aunque no le sean exclusivos. El nombre científico podría haber sido inventado para un personaje del Universo Marvel, porque Oxythyrea, de origen griego, deriva de las palabras oxys (afilado) y thyreos (escudo), por lo que, científicamente –por si alguien aún pensaba que las denominaciones científicas son las más asépticas y aburridas–, este insecto es algo así como el funesto escudo afilado. Pero no deja de ser un comeflores, un florífago, que zumba como una abeja y que se mueve torpemente sobre las plantas. 

‘Gallinorba’ 

Las larvas de este escarabajo se desarrollan en tierra, en materia vegetal en descomposición, y reciben el nombre popular en catalán de gallinorbes, una denominación que se extiende a un buen número de larvas de coleópteros que crecen en el suelo. La pupa (el capullo) en la que la larva se transforma en escarabajo también puede encontrarse en la tierra y recuerda a la de muchas especies de mariposas nocturnas. 

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