Aitana y Mariona desgarran a la defensa nórdica

Apareció Aitana Bonmatí y se hizo la luz. El brillo de la Balón de Oro iluminó el camino de una fantástica remontada de España en el intrascendente partido ante Suecia, que se fue al descanso celebrando un 1-3 y regresó 45 minutos después maldiciendo un 5-3. La entrada de la interior azulgrana a la hora de juego espoleó al equipo para que cuajara una formidable reacción que culminó Mariona Caldentey con dos goles y la guinda de Fiamma.

España cerró el histórico año del fútbol femenino con un partido que resumió lo mejor y lo peor: un lamentable inicio que se añadía a la torpe actuación ante Italia frente a una Suecia que podía estar tan desmotivada, pero que exprimió su orgullo, y un despliegue de juego que superó las propias debilidades, concentradas todas en la defensa.

Incertidumbres pendientes

“Tenemos que mejorar muchas cosas. Meterle cinco goles a Suecia cuesta mucho y hay que estar contentas con la actitud del equipo, pero no nos pueden meter tres goles tan rápido”, verbalizó Mariona, artífice destacada del fin de fiesta español que deja algunas incertidumbres. Por ejemplo, la de la continuidad de Montse Tomé, la seleccionadora, el último vestigio que queda de la incompleta renovación emprendida en la federación.

España encajó un gol a los 38 segundos y perdía por 1-3 en el minuto 29.

Un gol encajado a los 38 segundos y el tercero en el minuto 29 son prueba fehaciente del rigor perdido en la doble jornada con el traslado de Pontevedra a Málaga. Se llenó el Pasarón y lució medio vacía La Rosaleda, un estadio con el triple, casi, de aforo y que se divirtió mucho más.

Debilidades defensivas

Suecia rasgó la defensa de España, aunque la laxitud de las nórdicas atrás fue muy similar, lo que explica el festival goleador de la noche. La portera Jennifer Falk, extraordinaria, que mantuvo el nivel que suele exhibir Zecira Musovic, retrasó todo lo que pudo la posibilidad de la derrota. Un error que cometió con el pie lo compensó con varias manos salvadoras, hasta que la furiosa volea de Mariona las dobló. Derribada la última barrera, se consumó la remontada española con un mano a mano frente a Fiamma.

La portera Falk sacó varias manos salvadoras, hasta que la furiosa volea de Mariona se las dobló.

Tomé renunció a alinear a las más jóvenes del grupo repartiendo debuts y optó por pequeños cambios en la portería (Misa por Cata Coll), la defensa (Ivana por Paredes) y, el más llamativo, el de Maite Oroz por Aitana Bonmatí, que se sintió indispuesta en el descanso frente a Italia.

Y aparece Aitana

La interior azulgrana apareció a la hora de partido para intentar la remontada del marcador cuando el partido se había roto, comprobadas por ambas partes las debilidades defensivas propias y ajenas. Aitana dispuso de una ocasión al minuto y medio de aparecer que falló con un mal remate.

Bonmatí acreditó su Balón de Oro promoviendo una evidente influencia en la mejoría del juego español.

Tener un/una Balón de Oro en el campo reporta siempre un beneficio en la influencia que ejerce y la entrada de la interior azulgrana espoleó al grupo. Mariona se reactivó para colaborar en la reacción que inmediatamente se advirtió y Salma se ilusionó con recibir más balones en el área.

Igual reinicio, distinto desenlace

El inicio de la segunda mitad había repetido el de la primera, aunque con distinto desenlace, ya que la diferencia del marcador se recortó. Blackstenius remató al larguero, pero Athenea del Castillo disparó a placer un maravilloso centro de Olga Carmona. Tan maravilloso como el que había servido a Salma Paralluelo para el 1-1, también libre de marcaje dentro del área amarilla.

No remataron tan solas las suecas en sus goles, sin embargo, sino que el área roja estaba poblada, tanto en el córner peinado en el primer palo y aprovechado en el segundo palo por Olme, que ni saltó, como en la brillante jugada que culminó Asllani y en la anticipación de Blackstenius en el 1-3. Tomé puso la primera piedra apuntalando la zaga con Laia Codina y luego agitando el fútbol con la entrada de Aitana. Las mundialistas, entonces, vieron la luz, demasiado cegadora para Suecia.