La 'sirena' balear da un nuevo ejemplo de sacrificio solidario

Tita Llorens lo ha vuelto a hacer. La nadadora menorquina dejó boquiabiertos a centenares de bañistas ayer cuando, poco antes de las dos de la tarde, recaló en la playa de ses Salines tras cubrir con éxito la travesía solidaria entre las Pitiusas a beneficio de la infancia hospitalizada.

La ultrafondista de 50 años invirtió algo menos de seis horas en completar los 17 kilómetros que separan Cala Saona, en Formentera, de la playa de ses Salines, en Ibiza, donde Llorens se fundió en un emotivo abrazo con la pequeña Leyre, una niña de 3 años que aprendió a hablar y a caminar en centros hospitalarios.

El reto impulsado por la ONG Proyecto Juntos para apoyar a las familias de niños que pasan largas temporadas en hospitales resultó todo un éxito. Llorens apareció por la orilla como Pedro por su casa, con un semblante alegre y encajado que en nada representaba la nueva y sacrificada hazaña que acababa de completar. Por el camino había sufrido las descargas de múltiples medusas y la virulencia de las corrientes marinas y de las olas formadas por los barcos que circulan entre las Pitiusas.

«Me he encontrado más medusas aquí que en los 100 kilómetros que hice la otra vez», indicó la 'sirena' balear en referencia a la gran gesta que hizo el verano pasado tras convertirse en la primera persona en cruzar a nado la península hasta Eivissa sin neopreno y en la primera mujer en realizar tamaño desafío, para el que invirtió más de 36 horas en el agua.

Ayer fueron poco menos de seis, pero tremendamente adversos. Como relató Llorens a su llegada a tierra firme, «a la salida de Cala Saona y antes de llegar a ses Salines había muchas medusas, y luego también mucha corriente». «Sabía que tendría viento en contra y todo el tiempo ha sido así. Cuando pasaba un barco, como el de Baleària, hacía muchas olas... Se ha hecho un poco más duro incluso de lo que pensaba porque me ha costado mucho llegar aquí al final. Cuando he visto que había barcos ya he ido un poco más al ralentí, porque vas mirando a tu alrededor y vas poco a poco», subrayó la nadadora de Ciutadella, quien recibió un caluroso aplauso por parte de bañistas y aficionados.

El momento más emotivo llegó con el esperado abrazo entre Tita Llorens y la pequeña Leyre, la niña ibicenca por la que se ha llevado a cabo el reto solidario. «Que me esperase Leyre me hacía mucha ilusión y estaba muy conmovida. Ver a los padres y a los abuelos ha sido muy emocionante. He pensado mucho en ellos, cuando tú haces una travesía de este tipo la haces porque quieres y sufres porque te gusta sufrir, pero ellos no, a ellos no les toca más remedio y los he tenido muy en cuenta», indicó emocionada la heroína del mar balear.

Carlos Ramón, impulsor de la travesía benéfica, agradeció el compromiso de Llorens y recordó que pueden realizarse aportaciones para ayudar a la infancia hospitalizada en las plataformas www.migranodearena.org o de www.proyectojuntos.org.