Jordi Grimau pone fin en Ibiza a tres décadas como jugador de baloncesto: "El Sant Antoni será para siempre el club de mi vida"

El jugador catalán anuncia su retirada en el Class Sant Antoni, donde seguirá al menos una temporada más como director deportivo

Rubén J. Palomo

Rubén J. Palomo

Jordi Grimau ha anunciado este miércoles en Ibiza su retirada de las pistas en una emotiva rueda de prensa celebrada en el pabellón de Sa Pedrera, escenario en el que todavía tratará de ascender a LEB Oro con el Class Sant Antoni. El brillante escolta catalán, de 40 años, pondrá fin en la isla a tres décadas como jugador de baloncesto, desde que iniciara su formación en el FC Barcelona entre los años 1994 y 95. Diario de Ibiza ya avanzó en enero, tras una publicación del propio Grimau en sus redes sociales, que colgaría definitivamente las botas a final de la presente campaña.

"Anuncio oficialmente que estos serán mis últimos partidos como jugador profesional, espero que sean cinco. Mi relación con el club continúa como mínimo un año más, seguiré como director deportivo y ayudando en la gerencia. Nada termina aquí, es un punto y seguido dentro de mí etapa en el Bàsquet Sant Antoni", ha comenzado explicando un Grimau muy emocionado ante unos 60 asistentes entre familiares, compañeros del club, amigos y patrocinadores.

Jordi Grimau llegó a la isla en 2020 para relanzar el proyecto del CB Sant Antoni dentro y fuera de las pistas. Ha ejercido como capitán y alma-mater del equipo y de director deportivo, potenciando un ambicioso proyecto que se ha asentado en LEB Plata, pero que tiene su mirada puesta en el baloncesto profesional.

A lo largo de su dilatada trayectoria, Grimau defendió los colores del Barcelona, Monzón, Lleida, Gijón, Gandía, Tarragona, Baskonia, Cantabria Lobos, Manresa, Murcia, Valladolid, Gipuzkoa, Estudiantes y Palencia. Ahora, cerca de cumplir 41 años, ha decidido colgar las zapatillas en Ibiza.

"El camino que empecé a los cuatro añitos en la cantera del Barça hasta 2001 que debuté como profesional, me ha llevado 22 años después aquí, a poder despedirme rodeado de gente muy querida en el pueblo que siento como mío, y en el que será para siempre el club de mi vida", ha continuado Grimau entre lágrimas.

"Me despido no sin dudas, nunca hay un buen momento para esto, pero feliz de cumplir un sueño y una preocupación de estar al nivel competitivo de mis compañeros y siendo útil para el equipo. No quería que el físico o la evidencia tomara la decisión por mí así que estoy feliz de parar en este momento. Las piernas empiezan a ir un poquito menos pero la ilusión y ganas siguen intactas por seguir en estos partidos e irá a más si seguimos", ha proseguido el escolta catalán, quien ha añadido que aprendió de sus hermanos "viéndolos jugar y llegar a ser profesional sin ser de los más buenos, de los altos, de los más fuertes ni de los mejores". "Pero la lucha y la perseverancia caracterizan a mi familia", ha puntializado.

"Aunque tengo pocos títulos y trofeos de los que presumir, este será el mayor que me puedo llevar, poder transmitir a mis niños que luchando no siempre se gana, pero se es respetado. Os había dicho que el basket no había sido justo conmigo pero no sabía que me iba a regalar estos cuatro años defendiendo esta camiseta. Esto se ha vuelto una locura desde hace cuatro años cuando empezamos. Nada más que añadir, hasta aquí he llegado. 'Grima-out' más que nunca", ha concluido antes de las preguntas de los periodistas, en los que ha repasado su eovlución y amor por el club 'portmanyí', del que confía alcance el baloncesto profesional.