Las jugadoras que rompen moldes en el fútbol mixto pitiuso

La infantil Marga Míguez y la cadete Raquel Planells lideran los vestuarios de chicos en sus equipos del Portmany y la UD Ibiza. Su personalidad y nivel de juego les hacen ser referentes en la cantera.

Marga Míguez se lanza a por un balón durante un entrenamiento con el Portmany. | D.I.

Marga Míguez se lanza a por un balón durante un entrenamiento con el Portmany. | D.I.

El éxito conseguido por la selección española femenina en el reciente Mundial y las dos visitas que han rendido este año a su isla talismán servirán, a buen seguro, para reavivar la llama del fútbol femenino en Ibiza y Formentera. No obstante, antes de que Jenni Hermoso y compañía hicieran historia en Australia y Nueva Zelanda ya había jóvenes futbolistas ibicencas escribiendo su particular camino en un mundo tradicionalmente dominado por los chicos.

Raquel Planells posa con la bufanda de la UD Ibiza. | UDI

Raquel Planells posa con la bufanda de la UD Ibiza. | UDI

Raquel Planells, de 15 años, y Marga Míguez, de 12, son también a su manera referentes del balompié femenino para las más pequeñas en las Pitiusas. Ambas destacan en sus respectivos equipos, el Portmany infantil y la UD Ibiza cadete, y se han ganado el respeto de compañeros y rivales tanto por su nivel como por su capacidad de liderazgo.

Marga Míguez Costa juega en el equipo infantil A de la SD Portmany y es una fija en las convocatorias de las selecciones baleares femeninas de su categoría. Tiene 12 años, juega de guardameta y su pasión por el fútbol le viene desde muy pequeña.

Su entrenador durante los últimos años es José Antonio Ramon Boned, y los primeros adjetivos que le vienen a la cabeza para describir a Marga son que «es una niña muy futbolera, muy entregada y muy buena portera».

Empezó en la escuelita del club de Sant Antoni y «está teniendo una progresión increíble», subraya. Comenzó en el equipo B de benjamines «pero no por ser chica, sino por el nivel», apunta Boned, «pero ya en alevines decidimos subirla al A». «Lleva dos años con nosotros y es muy buena portera. Me atrevo a decir que de su edad no hay ningún portero chico mejor que ella», añade su entrenador, antes de destacar que es «una chica muy fuerte físicamente, la más fuerte del equipo» cuando realizan ejercicios físicos de fuerza o de carrera. «Lo lleva innato. Luego trabaja un montón, es muy coordinada para la edad que tiene y destacaría que es muy ágil y tiene muchos reflejos», detalla.

Otro de los aspectos más importantes para mantenerse firme en su objetivo es la integración en un vestuario masculino. «Sus compañeros no es que la traten como una más, es que la tratan como a una líder, porque lo es. La tratan con un respeto increíble, y ayuda un montón que estos niños se conocen desde hace mucho. Es un grupo maravilloso, se llevan muy bien», puntualiza Boned, quien agrega que «si tiene que pegar dos gritos para ponerlos firmes los pega, y viceversa». «Es una más, se cambia con todos y luego sí que para ducharse se va a una caseta aparte, pero en todo lo demás es una más. Ningún problema y ninguna queja», añade.

La llegada de las internacionales también reforzó la confianza de la joven guardameta, que acudió a la celebración en el Consell Insular y pudo fotografiarse con las campeonas de una selección donde sueña con jugar.

«Le gusta mucho, y justo el día que vinieron nosotros empezábamos a entrenar. Me llamaron los padres para ver si había alguna posibilidad de que se fuera antes del entreno para ver a la selección, y les dije que claro, faltaría más», recuerda Boned, quien asegura que, «aunque suene mal, está muy integrada con la selección y con el fútbol femenino y masculino».

«Yo creo que sí podría llegar lejos, pero sé de qué hablo, por experiencia con mi hijo [acaba de firmar por el juvenil Nacional del Atlético de Madrid], y esto es muy difícil. Posibilidades sí que le veo. El éxito de la selección ojalá haga que salgan más niñas porque en el caso de Marga está al mismo nivel o más que sus compañeros», sostiene su preparador en el Portmany, antes de admitir que con el «hándicap que existe aquí con el fútbol femenino, para progresar tendrá que salir fuera sí o sí».

Superando una grave lesión

En el caso de Raquel Planells, la mediocentro de 15 años repite en el cadete B de la UD Ibiza tras un año en el dique seco por una grave lesión de rodilla. Una doble rotura de cruzado y menisco durante la pretemporada de 2022 frenó su progresión, tal y como lamenta uno de sus entrenadores, Matías Regiardo, quien confía en que ahora, ya recuperada, vuelva a sentir la pasión del fútbol en sus botas. «La lesión fue una pena, sobre todo de esa gravedad. Tuvo que esperar tiempo para poder operarse porque le pilla en un periodo de crecimiento, y luego es duro perderse uno de los dos años de cadetes, que son muy bonitos. Pero esperemos que este año lo pueda disfrutar de la mejor manera», explica el preparador argentino.

La jugadora ibicenca no pasaba desapercibida en los campos de fútbol de la isla porque, según subraya Regiardo, «hay muy pocas mujeres jugando en fútbol mixto y porque ha sido una chica con un rendimiento muy bueno, a la par o incluso mejor que los niños». Raquel Planells ha sido una integrante destacada de la selección balear femenina en categorías inferiores en una posición, la de mediocentro, donde en estas edades solo brillan los mejor dotados técnicamente.

«Hasta infantiles era uno de los jugadores más destacados del equipo; tiene buen pase, buena visión de juego, interpreta bien las jugadas y es inteligente, además de tener calidad».

Su entrenador no oculta que ya en la categoría cadete hay muchos chicos que empiezan a desarrollarse físicamente, pero Raquel también crece y su talento le permite codearse con compañeros y rivales. Además, por su personalidad «se ha ganado también ese respeto y por una cuestión natural, cuando tienes ciertas habilidades te permiten tener esos rasgos de personalidad y liderazgo». Tal y como recuerda su técnico, «siempre ha estado a la altura, incluso mejor de rendimiento, y nunca ha habido esa diferencia». «Raquel se ha criado en vestuarios de chicos», puntualiza Regiardo, quien aclara que aunque sus pupilos ya están en plena adolescencia, «a los compañeros no les llama la atención» por el hecho de ser una chica. Como en el caso de Marga, la jugadora de la UD Ibiza también dispone del vestuario para ducharse sola antes o después que el resto.

Raquel Planells también fue una de las invitadas de honor para el recibimiento de las campeonas del mundo. Para ella las internacionales son «sus ídolos» y la visita de la selección le hizo «extremadamente feliz», asegura su entrenador, que como Boned confía en que con la doble visita de España a la isla y el título mundialista «no se deje pasar la oportunidad para dimensionar el fútbol femenino y el profesionalismo». «España es un país pionero en el desarrollo del fútbol femenino profesional», concluye.

La joven jugadora, en cambio, se enfrenta a su último año en el fútbol-11 mixto en Ibiza y Formentera, donde no existen competiciones federadas femeninas más allá del fútbol sala. Cuando pase a juveniles tendrá que decidir si cambia de disciplina deportiva, como muchas otras, o emprende nuevos rumbos fuera de las fronteras pitiusas.

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