Ya no hay tiempo para las excusas. Ni jornadas que perder para poner punto y final a la peor crisis deportiva de la UD Ibiza en sus siete años de historia. Tampoco es momento de escudarse en las variaciones del dibujo táctico o los cambios en el equipo titular. Ni siquiera de evaluar la labor del anterior entrenador, Javier Baraja, ni del actual, Juan Antonio Anquela. Es la hora de los jugadores. De que demuestren su nivel y profesionalidad sobre el césped para finiquitar una funesta racha de cinco derrotas consecutivas, que eleva a nueve los reveses encajados por el equipo ibicenco en 14 jornadas.
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Los futbolistas tendrán este mediodía la oportunidad de reivindicarse en la primera de muchas finales por la salvación en LaLiga SmartBank. La ocasión es preciosa, ante la visita al estadio Palladium Can Misses (14 horas) de un rival directo como el CD Mirandés, que este miércoles adelantó a los celestes en la clasificación tras sumar un importante triunfo frente al CD Tenerife (1-0).
Un solo punto separa a ambas escuadras, sumergidas en el pozo del descenso, por lo que el segundo tercio de competición arranca en la isla con un encuentro clave y de suma trascendencia para el futuro de la UD Ibiza.
El club que preside Amadeo Salvo, consciente de la delicada situación del equipo y de la desafección de parte de la afición, ha tirado ‘la casa por la ventana’, regalando dos entradas a cada abonado para tratar de llenar el coliseo celeste. La respuesta ha sido positiva y hoy la asistencia a Can Misses podría superar los 4.000 aficionados, de largo la mejor entrada de la temporada.
La presión para los jugadores celestes es máxima ya que otra derrota no se entendería en el club ibicenco, que confió la planificación deportiva de la temporada en un Miguel Ángel Gómez que empezaría a quedarse sin argumentos para defender sus decisiones.
La presión se extiende también a Juan Antonio Anquela, que no ha conseguido imprimir aún su carácter en el equipo y ha sumado dos derrotas con cuatro goles en contra y ninguno a favor.
El conjunto ibicenco deberá demostrar contundencia a la hora de plantar cara al rival y ganas de competir, tal y como el míster reivindica. Evitar la fragilidad en medio campo, la debilidad en defensa y crear ocasiones de peligro son premisas fundamentales para que este domingo la situación se revierta.
De hecho, Anquela se queja de la candidez que muestra el equipo en las jugadas de estrategia y exige a los suyos que sean más contundentes en duelos directos que, hasta el momento, pierden.
Habrá que ver si en el once titular aparecen nombres que aún no han tenido protagonismo como Isma Ruiz o Mateusz Bogusz, y si el técnico se plantea cambios en posiciones vulnerables como los laterales o la zona de ataque. En cuanto al parte médico, Anquela recupera a Armando Shashoua y Javi Vázquez, si bien Álvaro García será baja por lesión junto al central Juan Ibiza.
Para el Mirandés también es un partido vital. Los de Joseba Etxeberria quieren hacer valer la victoria de la pasada jornada ante Tenerife para seguir sumando puntos y alejarse de los puestos de descenso. El técnico vasco tendrá las bajas de Raul Parra y Raúl García –su máximo goleador (6)–, que se suman a las ya sabidas de Michelis y Simón Moreno.
Ambiente. El club espera a más de 4.000 aficionados
El club ha decidido regalar dos entradas a cada abonado que quiera retirarlas para asistir a un encuentro tan determinante como el de hoy. Durante los últimos días se han recogido alrededor de un millar, por lo que se espera la mejor entrada de la temporada con más de 4.000 espectadores.
