Arte&letras

Cómic: La melancolía mágica millenial

Con apenas tres obras y un puñado de fanzines, Borja González se ha posicionado

como una de las voces más importantes del cómic español

La melancolía mágica millenial

La melancolía mágica millenial

Álvaro Pons

El extremeño Borja González comenzó en La reina Orquídea la exploración la fábula desde una nueva perspectiva que le llevó a redefinirla, combinando fondo y forma con una visión contemporánea que se plasmó en The Black Holes (Reservoir Books, 2018), donde encontraba esa fórmula alquímica misteriosa que vinculaba pasado y presente en un universo tan particular como profundamente reconocible. Cuatro años después, era lógico que ese escenario y personajes reivindicaran su existencia propia pidiendo a su autor volver al papel y continuar con su periplo.

Grito Nocturno (Reservoir Books) recupera a su protagonista Teresa, ahora reconvertida en aspirante a bruja y regente de una tienda de libros y objetos esotéricos, para ahondar en esa reescritura del cuento mágico en el que González fusiona con acierto las claves de la fábula con la cultura popular de nuestros días a través de dos nuevos personajes, la skater Matilda y las demonio otaku Laura.

Tres personajes que irán explorando el canon de los cuentos más inolvidables, desde los deseos mágicos a los bosques encantados, para encastrarlo dentro de la melancólica resignación de una juventud millenial que sabe que la realidad ha arrastrado cualquier sueño fuera del foco de un posible futuro. Sus silencios y conversaciones no solo son un relato de la realidad de la juventud de nuestros días, de esas aspiraciones, miedos e ilusiones que son frustradas en su inicio, sino que establecen un retrato fiel de unas realidades en las que las ficciones que construían la realidad se han transformado en mercadotecnia de consumo masivo, cultura popular fungible que se alimenta a golpe de like y de tuit que no resiste más allá de la secuencia grabada de unos segundos y los 140 caracteres, pese a condicionar toda la existencia posterior de los que las fagocitan.

Tiempos y espacios

Espacios de inmediatez donde la poética de las figuras de apariencia lánguida que dibuja González se opone con un meditado reclamo de la pausa y el silencio, marcada por una paleta cromática relajante donde las figuras se mueven con una cadencia musical que puede escucharse y verse. La elección de que los personajes no tengan facciones deja en los cuerpos toda la expresividad, obligando al autor a un auténtico «tour de force» narrativo donde escenarios y figuras se acompañan en una cuidada coreografía de tiempos y espacios que dejan al lector la exigencia de una complicidad ineludible, aportando su propia lectura de esas caras limpias de trazo para, paradójicamente, reconocerlas automáticamente como cercanas y propias. Versos dibujados sin palabras, rimados con colores, recitados por una lectura silenciosa de la página que consigue evocar sentimientos que saben extraer la esencia de una juventud que se siente perdida sin un tiempo en el que encontrar su espacio privado y propio.

Con apenas tres obras y un puñado de fanzines, Borja González se ha posicionado como una de las voces más importantes del cómic español

Tres personajes que buscan su identidad desde lo real, lo mágico y esa dimensión transicional entre ambas que es la ficción, que se erige como un eje que no solo conecta, sino que se encarna en necesario andamiaje de la realidad que vivimos, pero también es refugio, en lugar para escapar de la falsedad de un sistema especialista en promesas incumplidas vendidas con los luminosos neones de ese metauniverso edificado a golpe de publicidad. Tres personajes que se entrecruzan en las páginas de los fanzines como reducto de creatividad libre, de lugar común donde ese grito que anuncia el título se encuentra finalmente.

Con apenas tres obras y un puñado de fanzines, Borja González se ha posicionado como una de las voces más importantes del cómic español de nuestros días, creando un universo tan sugerente que solo podemos esperar volver a encontrarnos con Teresa.

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