'Viñetas': retrato poético de un verano sin virus y un estío pandémico

El poeta Julio Herranz da a conocer el proyecto en el colegio de la Consolación de Ibiza

Julio Herranz, durante la presentación de ‘Viñetas’ en la Consolación, el pasado día 23.

Julio Herranz, durante la presentación de ‘Viñetas’ en la Consolación, el pasado día 23. / maite alvite. eivissa

Maite Alvite

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El poeta Julio Herranz tiene entre manos un nuevo proyecto, ‘Viñetas’, que dio a conocer el pasado 23 de abril, Día del Libro, ante un grupo de estudiantes y docentes en el claustro del colegio Nuestra Señora de la Consolación de Ibiza. Explica que fue su sobrina Lucía Herranz, profesora de Literatura en este centro educativo de Vila, quien le propuso, con motivo de Sant Jordi, presentar el poemario en el colegio, donde ya había realizado varias lecturas poéticas en cursos anteriores. En el evento, comenta, recitó «unas tapitas de ‘Viñetas’», un libro con el que ha querido «dejar testimonio de algo histórico y único». Herranz se refiere, por supuesto, a la pandemia, que hace acto de presencia en la segunda mitad del libro. Las páginas de ‘Viñetas’ recogen el sentir del poeta ante dos veranos ibicencos que contrastan, uno fechado en era precovid, hace cinco años, y otro en 2020, cuando el coronavirus lo trastocó todo y dejó la temporada turística ibicenca reducida a la mínima expresión.

Publicación

Un poemario en fase de «revisión y consulta»

El poeta Julio Herranz explicó ayer que en estos momentos el poemario ‘Viñetas’ se encuentra en fase de «revisión y consulta» y pendiente de editorial para publicarlo.  

Desde que se jubiló de su profesión como periodista, Herranz le dedica mucho tiempo a leer y pasear, y fue precisamente dando una vuelta por su barrio de Platja d’en Bossa, en plena época estival de 2016, cuando empezó a gestar la idea de ‘fotografiar’ a través de versos escenas típicas del estío con un estilo «narrativo» y muy «visual», de ahí el título de la obra. Así surgieron los quince poemas de la primera parte, en los que retrata, como aparece en uno de sus poemas, «el bestiario estival» de esta zona eminentemente turística. En él hay cabida para posados de modelo, «hamaqueros ilustrados», amores adolescentes, «trapicheos narcóticos», tarifas de discoteca o mercadillos hippies. El tono irónico está muy presente en los versos de un poeta al que el verano ibicenco le produce «hastío».

Herranz explica que aquellos primeros poemas de 2016 quedaron aparcados en un cajón hasta que llegó el confinamiento y los releyó. Entonces empezó a sentir nostalgia de aquellos veranos de los que antes despotricaba y decidió completar el poemario con otra tanda de poemas visuales que retrataran el verano «insólito y pandémico» de 2020. El autor quería plasmar el gran contraste entre la bulliciosa Platja d’en Bossa de 2016 y «el barrio desolado» en el que se convirtió la zona con el coronavirus. Como enlace entre los dos partes escogió un poema escrito una semana antes de que se declarara el estado de alarma y que está dedicado, como él le llama, «al niño de la concha».

La «melancolía» tiñe la segunda parte de ‘Viñetas’, que concluye con el poema ‘Esperando la vacuna’. «Los versos están impregnados de la tristeza que me produce la ruina social y laboral que ha traído el coronavirus. A ver cómo se presenta este verano», dice con pocas esperanzas.

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