«Alicia, tengo que pedirte que tengas más paciencia con tu hermano pequeño Iván», dijo Papá Noel con ambos hermanos sentados sobre sus rodillas. «Vale», respondió la niña. «¿Cómo lo sabes?», preguntó atónita. «Porque soy Papá Noel y cada vez que os veo por mi televisor estáis peleando», replicó el del Polo Norte convencido. «Gracias», susurró la madre, y con un tierno abrazo entre hermanos y el guiño cómplice de la progenitora, abandonaron la caseta después de entregar las cartas. (Mira aquí todas las fotos)

El buen tiempo acompañó la jornada navideña de ayer en Vara de Rey y muchas familias pudieron disfrutar del sol con los juegos y actividades de Feim Barri, organizado por el Ayuntamiento de Ibiza. Un gran número de niños y niñas participaron en el taller de manualidades y, con paciencia, creatividad y hueveras de cartón crearon divertidos renos para decorar sus casas. «Este año nos han pedido que los talleres los hagamos con material reciclado», informó Verónica, una de las monitoras. En otra mesa, un grupo de niños escribía concienzudamente su carta a Papá Noel. «¿Quieres pedir un deseo navideño», preguntó de pronto Verónica.

Un árbol de deseos

En el centro del paseo, entre las carpas, los photocall de renos y muñecos de nieve y la caseta de Papá Noel, un olivo presidía la jornada navideña. En él, los mensajes de conciencia y solidaridad se amontonaban. «Mucha salud para todo el mundo», «No más muertes en el mar», «Que nadie contamine y que todo el mundo sea feliz», «Que tengamos un planeta limpio», se leía en las pequeñas cartulinas de color rojo, así como: «Quiero un perro», «Tener más amigos» o «Tener un unicornio», entre otras divertidas peticiones. La familia también estuvo presente en los deseos de algunos de los niños, como en el de Mariam, de 11 años, que colocó entre las ramas del árbol el siguiente mensaje: «Feliz Navidad para todos, mi deseo es que mi familia esté bien y sea feliz».

Mientras Ángeles Martínez y Ana Linero, vestidas de payesas, hacían las delicias de los más pequeños con sus cuentacuentos, la canción de cumpleaños feliz empezó a escucharse de fondo y, para sorpresa de los más pequeños, era el mismísimo Papá Noel quien la cantaba. «Mañana es el cumpleaños Elf-eliz de Aleix», dijo uno de los elfos. «Tenéis que ayudarme todos a cantar. Padres, madres, niños...¡Todos juntos!», exclamó el ayudante de Papá Noel mientras Aleix, de cuatro años, se moría de vergüenza.

Dulce Navidad

El bescuit, la salsa de Nadal y el algodón de azúcar pusieron la guinda dulce a esta mañana navideña, en la que los elfos divirtieron a su pequeño público enseñándoles los renos y el trineo volador, mientras esperaban en fila para pedir sus regalos. Martina, de cuatro añitos, aguardaba en la cola con ilusión, deseando entregar su carta, que había decorado con pegatinas, brillantes y miles de colores. El punto creativo llegó también de la mano de los hermanos Olivia y Mateo, que en lugar de poner el nombre de los juguetes que querían, decidieron recortar las fotos de las revistas del catálogo para que no hubiera lugar a dudas. «Así hemos practicado cómo recortar, cómo pegar y cómo escribir, todo en uno», comentó su madre mientras enseñaba uno de los originales regalos que pedía la pequeña Olivia. «Ella dice que es una llama-unicornio», comentó divertida.

«El mejor regalo que te podrán hacer jamás es Jaime», le dijo Papá Noel al pequeño Izan, que llegó acompañado de su hermano Jaime, de apenas un año. «Ahora no lo ves, pero aquí tienes un compañero para toda la vida», agregó, y continuó con una lista de buenos consejos: «Tienes que comer más fruta y verdura», «recoger tus juguetes» y «ser bueno en el cole», concluyó el mejor aliado de los padres.