Los ingredientes estaban ahí hacía tiempo. Sólo había que darse cuenta. Juntarlos. Y darles forma. Así surgió el libro 'Plantes d'Eivissa i Formentera. Cent tretze plantes significatives', editado por el Institut d'Estudis Eivissencs (IEE) y que presentó ayer el catedrático de Ciencias Naturales Cristòfol Guerau de Arellano acompañado de los cinco autores del volumen: Nèstor Torres (botánico), Montse Moreta (ilustradora), Carmen Villar (fotógrafa), Jaime Espinosa (farmacéutico) y Jordi Vidal (coordinador).

«El alma de todo este proyecto es Nèstor Torres», apunta Vidal horas antes de la presentación mientras él y Moreta, autora de las ilustraciones de las plantas del libro, acaban de preparar confitura de mandarina. «Es la época», comenta Vidal, que explica que el origen del libro está en las «excursiones botánicas» en grupo en las que los cinco autores participan. Salen a buscar plantas cada sábado «tanto si llueve como si hace sol, con frío y con calor» desde hace alrededor de treinta años. «Yo hace sólo cinco o seis que formo parte del grupo», comenta Vidal, marino mercante de profesión que comenzó a participar en las excursiones «para conocer la isla». Ahora, tras seis años de paseos por la isla atendiendo a las explicaciones y curiosidades de Nèstor Torres, «auténtico experto y guía de las salidas», es capaz de enumerar con soltura una larga lista de plantas, con sus nombres científicos en latín.

En esas salidas, algunas de ellas bastante concretas, para ver una planta concreta en floración o a un rincón perdido para encontrar ejemplares que sólo crecen allí, Nèstor Torres les da toda la información sobre las especies, que Carmen Villar acostumbra a fotografiar desde todos los ángulos y, además, con el macro, para captar todos y cada uno de los detalles. Por diminutos que sean estos. Monte Moreta, pintora e ilustradora que durante años se dedicó a los estampados, acostumbra a plasmar en cuadernos esas plantas, como ya hacían los antiguos botánicos cuando no existían las cámaras de fotos. A las explicaciones del botánico y guía del grupo, Jaime Espinosa, farmacéutico de profesión, añade habitualmente las propias de su oficio: los usos y propiedades de cada una de ellas.

A eso se refiere Vidal cuando asegura que todos los ingredientes de 'Plantes d'Eivissa i Formentera' estaban ahí y sólo había que reunirlos y darles forma. Un trabajo, el de coordinar y maquetar, al que se ha dedicado él. El libro incluye 113 plantas de las más de 900 que saben que hay en la isla. Entre ellas han seleccionado las que se encuentran en las Pitiüses en más cantidad y extensión, como el pino o el fonoll así como algunas imprescindibles: la sabina. Pero también le han hecho un hueco a especies curiosas y extrañas que sólo crecen en enclaves muy concretos de la isla -«llegas allí y encuentras cuatro plantitas en un rincón»- y que ni siquiera tienen nombre común, como es el caso de un tipo concreto de saxifraga. También se incluye el popular baladre, del que destacan la curiosidad de que «se concentra en la mitad norte» de la isla. De todas estas 113 plantas se incluyen los «nombres y apellidos» científicos, las descripciones, los usos que se les han dado y aún se les dan, el dibujo, las fotografías y, además, un mapa en el que se especifica en qué puntos se puede encontrar.

Vidal afirma que es «un compromiso» escoger una sola planta de las 113 que aparecen en el libro. Confiesa que le gusta especialmente cómo las fotografías muestran, casi desde dentro, los detalles de la Euphorbia margalidiana. Aunque, al natural, la que más le impacta es la llamada cebolla marina, que hace un par de meses estaba en flor y cuyo tallo puede alcanzar los dos metros de altura, explica antes de avanzar que están ya empezando con el segundo volumen. Se les habían quedado muchas fuera.