Atrás quedan sus comienzos en el mercadillo de la Mola de Formentera y su taller de Barcelona. Enric Majoral busca ahora ser un referente de joyería contemporánea para ibicencos, residentes y todo el mundo desde el corazón de Dalt Vila.

-¿Cómo surgió la idea del desembarco en Ibiza?

-En Formentera hemos nacido y crecido pero tenemos muchos clientes ibicencos y ha llegado el momento de darnos a conocer también a nivel internacional y Ibiza es un punto fantástico. En solo un mes que está abierta la tienda, el 70% de las ventas han sido a ibicencos y residentes, creo que hemos acertado al 100%. Ibiza y Formentera, tienen cada vez más tránsito entre sí, hay cantidad de gente de Ibiza que va a Formentera y viceversa, es un servicio que va y viene. Estamos siendo muy bien recibidos aquí.

-El lugar elegido para su nueva joyería es particular y emblemático. ¿Ha sido una idea estudiada?

-Sí, la Marina es el centro de Ibiza junto a Dalt Vila, sa Penya€ En un futuro tiene que ser un centro comercial y residencial de primera. Cualquier ciudad europea que tuviera un centro histórico como este lo tendría impoluto. Vamos un poco retrasados en este aspecto pero queremos tener presencia en Ibiza y abrir todo el año. Nuestro perfil de cliente es el residente, luego los de segunda residencia y gente que viene mucho a la isla incluso en invierno y que la quiere. Queremos dar ese servicio.

-¿Han creado una línea nueva para esta tienda o siguen fieles a su concepto creativo?

-Mantenemos la filosofía de ser fieles a nuestro lenguaje, que hace que dos personas de dos partes diferentes del mundo que no se conocen de nada se puedan reconocer porque las dos tengan una joya Majoral. Son piezas únicas y artesanas. Lo que estoy haciendo ahora en Formentera son piezas que tienen mucho que ver con lo que hago cada día. Cuándo diseño en Barcelona hago una mirada más internacional, pero eso no quiere decir que una cosa no se venda en un sitio o en otro, si el mensaje está bien comunicado se venderá aquí y en todo el mundo, ya que la gente lo entiende. Hay que llegar a la esencia de las cosas.

-¿La demanda cambia?

-Sí, aquí por ejemplo nos piden mucho sargantanes, algo que en Formentera está muy explotado y lo puedes encontrar en todas partes, sin embargo aquí hay demanda. Vamos a hacer algo para satisfacer esta demanda y reeditar productos que tenemos relacionados con la lagartija pensando en Ibiza.

-En este mundo en el que la moda juega un papel tan importante, ¿en qué se inspira Majoral?

-La moda es algo que ha estado en todo momento, inspira y te invita a crear. Voy a la moda Adlib y me inspira, pero también un museo, una película o una obra de arte de Bechtold. Cuando ves un acto creativo en el que detrás hay un esfuerzo te da estímulo para que a través de tu lenguaje crees lo que quieras o puedas.

-¿La joyería artesanal está valorada en la actualidad?

-Parece que ha pasado la época en que se pensaba que la joyería estaba basada en el lujo y relacionada sólo con lo material y decaía un poco, pero no, ahora ha vuelto a coger mucha fuerza. Hacemos una joyería contemporánea, de autor, con un lujo más interior no sólo relacionado con el valor de las piedras, sino en el valor en el entorno en el que está inspirado y creado. Es otro tipo de joyería que se está enseñando en escuelas de toda Europa, una joyería que aporta muchas cosas, a parte de que está basada en el valor natural de las piedras. Si monto una joya con una pieza que ella sólo ya valga 30.000 euros, ¿qué puedo hacer yo? Si esa pieza ya tiene una valor increíble lo único que puedo hacer es poner una montura que se adapte al cuerpo, pero no es algo a lo que me dedique mucho. Intento darle otros valores.

-¿Busca un arte identificativo?

-Está basado en un lenguaje propio que se consigue a base de oficio, hay que encontrar dentro de ti y del mundo en el que te envuelves qué decir. La joyería es un mundo pequeño. A veces lo más simple es lo más difícil de hacer.

-¿Cómo definiría ese arte y ese lenguaje que usted propone?

-No tengo escuela ni tradición familiar, empecé manipulando materiales y a partir de ahí creaba objetos que adornaban a las personas que los llevaban y ello ayudaba a identificarse a esas personas. Ayudo a esa persona y ella me ayuda a mí porque da salida a esos objetos. Empiezas a crear y a manipular y eso te lleva a crear un lenguaje propio sin querer decir nada pero el arte mismo te lleva. Siempre digo que yo no existiría si no hubiera un interlocutor al otro lado. En el mundo del diseño no existe la creación pura. El artista trabaja en su taller pero siempre necesita la mirada del otro, esto es importantísimo en este oficio. Hacemos joyería, colecciones, piezas únicas, obra más personal e íntima, más artísticas, no tan comercial y todo esto está representado en nuestras tiendas.

-¿Cómo le llama a esta obra?

-A nivel de comunicación de Majoral la llamamos obra personal, pero podríamos decir joyería artística y contemporánea.

-¿De qué está más contento?

-De crear a partir de la nada toda una línea que involucra a muchas personas. Esta forma de representar la joyería, este estilo tan naíf y tan simple que es mi lenguaje de hace 20 años. La gente se sorprendía y decía que parecía muy artesanal y que estaba mal hecho, ahora este lenguaje está muy extendido y se enseña en las escuelas de joyería. Es una forma de ver el mundo de forma más simple y más íntima. Esto satisface y también el hecho de crear empresa, nuestro propio camino, que se nos conozca. Por casa y por el taller ha pasado gente que se ha formado y aprendido y ahora está creando su propias propuestas y manifiestan que este es el lenguaje que han aprendido en esta casa. Esto es una sorpresa. Nos siguen mucho a través de Facebook en Sudamérica, ya que allí están empezando, también hay mucha tradición joyera en Méjico, sobre todo, pero les falta desarrollo.

-¿A quién le haría una joya?

-Todas las que hago son para mi mujer, pero, como no las puede llevar todas, las tengo que vender. También se la haría a cualquier persona que esté a gusto llevando una joya mía.

-¿A alguna princesa o reina?

-Bueno le he hecho joyas a la reina Sofía, tiene un total de 14 piezas mías. A la actual reina no he tenido ocasión. A Michelle Obama también estaría bien diseñarle algo. Tenemos tienda desde hace 20 años en el Boulevard Rosa de Barcelona y ha comprado mucha gente internacional.

-¿Qué sueña Enric?

-Seguir trabajando en mis proyectos. Lo inmediato es atender la tienda de Ibiza, posicionarnos y llegar a tener proyección internacional a través de esta tienda. Es mejor ahora abrir una tienda en Ibiza que en cualquier ciudad europea y la Marina es una ubicación perfecta. Si tuviera que ir a Paris o Nueva York no me podría situar en la Quinta Avenida.

-Ese es un sueño empresarial, ¿pero a nivel personal?

-Está muy relacionado con el trabajo y no puede ser de otra manera porque he dedicado mucho a mi oficio. Trabajo a diario ya sea dibujando bocetos, pensando, en el taller€ Si no trabajara seguiría en otros proyectos artísticos que he dejado un poco apartados por priorizar el proyecto de Ibiza. Hemos pasado una crisis muy importante que ha afectado a todos los sectores, en esa época coordinábamos un proyecto con 40 personas y hay que trabajar mucho para sustentar eso, para defenderlo y resituarlo en su sitio. Esto va por delante de proyectos más personales e íntimos.