Quejas de las gimnastas de Ibiza

Maria José Torres Cardona | Vicepresidenta del Club De Gimnasia Rítmica Portmany.

¿Qué diferencia a las gimnastas de Ibiza de las de las islas vecinas de Mallorca y Menorca? El respeto de la Federación Balear de Gimnasia.

Mientras que el pasado fin de semana, el 30 de septiembre, en Menorca y Mallorca las gimnastas de rítmica obtenían sus puntuaciones y subían al podio, o no, en base a sus méritos, en Ibiza las gimnastas y sus clubs nos encontramos sin jueces, sin puntuaciones, sin clasificación y, por ende, sin podio. Eso sí, las medallas se repartieron entre todas las participantes, todas ellas clasificadas para el campeonato de Baleares base individual y conjuntos que se ha celebrado este fin de semana en Menorca.

Que el campeonato de Ibiza se celebre un domingo a media mañana no es un capricho, suele obedecer al hecho de que en Mallorca y Menorca sus clasificatorios los realizan en sábado, por lo que las juezas no pueden compaginar todos los campeonatos (en esta ocasión, Menorca, sábado por la mañana, Mallorca sábados en horario de mañana y tarde).

La hora, a partir de las doce de la mañana, tampoco es un capricho, se conviene así para que las jueces de las islas vecinas que tienen que venir a puntuar puedan coger conexiones (si vienen de Menorca), o no tengan que madrugar (si vienen de Mallorca).

Pero el domingo 1 de octubre, sorpresón en el pabellón de sa Pedrera, únicamente dos juezas, las dos de Ibiza, de las cuatro que debieran puntuar. Consecuencia, las gimnastas se quedan sin dos de las notas en las puntuaciones y por tanto no puede haber clasificaciones. Lo bueno, no hay perdedoras, todas se llevan su medalla colgada al cuello, unas de oro, otras de plata y las que menos de bronce por participar, independientemente de cómo actuaran en el tapiz.

La vergüenza, que la Federación Balear de Gimnasia ningunee a los clubes de Ibiza, pero sobre todo a las gimnastas que llevan meses entrenando para este momento, igual o más que las mallorquinas y menorquinas. Porque casi 20 horas de entreno semanal se merecen un mínimo de respeto. El eslogan de ‘Quatre illes, un país’ queda muy lejos.