En nombre propio y de todas las amistades que tenía nuestra difunta Sofy, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todos los empleados, sin excepción, del Hospital Residencia Asistida de Cas Serres, que con toda su dedicación pusieron su empeño en que nuestra amiga Sofy estuviera de la mejor manera atendida, en especial en sus últimos momentos con todos nosotros.

Por todo ello, gracias, gracias y gracias, nunca olvidaremos todo lo que habéis hecho por ella, que demuestra profesionalidad y humanidad en una labor discreta pero muy eficaz para un sector de la sociedad muchas veces relegada al silencio y la incomprensión en el mundo en que vivimos.