El empuje de este mensaje realmente no sé a quién concierne. Sobre las nueve de la mañana, dando un paseo matutino por la zona de la puesta de sol de nuestro bonito San Antonio, se puede divisar a lo largo del puerto un rosario de bolsas de plástico, botellas de toda clase de bebidas, globos y un sinfín de desperdicios. En definitiva, los restos de los botellones de la puesta de sol. Hasta aquí todo normal ya que luego pasan los trabajadores de limpieza y lo devuelven a su estado primitivo. Pero lo que a una servidora le ha sacado de quicio es que en dicha zona mencionada, delante de las rocas, un empleado cumpliendo con su deber recoge la basura dejando restos, sobre todo de colillas; a continuación, intenta limpiar con una manguera la zona desde el paseo hacia la orilla de las rocas, arrastrando de esta manera todas las colillas hacia el mar, sin pensar ni un segundo el daño que nos está ocasionando. ¡Inconcebible! Espero que a quien le corresponda tome cartas en el asunto.