Anuario Diario de Ibiza 2023 - Política

Guerra abierta en el Consell de Formentera

El presidente y los consellers de Sa Unió, que en mayo alcanzaron el poder con mayoría absoluta, terminan el año entre peticiones de dimisión

Córdoba llega a la reunión a la que convocó a toda la Corporación, el 11 de diciembre.

Córdoba llega a la reunión a la que convocó a toda la Corporación, el 11 de diciembre. / C.C.

La primera bomba la lanzó el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, el 27 de noviembre. Ese día envió un misterioso comunicado a los medios de comunicación, de solo cuatro o cinco líneas, en el que amenazaba con retirar su apoyo «incondicional» a la presidenta del Govern balear, la popular Marga Prohens, sin más. Hay que recordar que Córdoba fue elegido en mayo presidente del Consell de Formentera y diputado autonómico por la isla como cabeza de lista, aunque independiente, de la coalición Sa Unió, que forman el PP y Compromís amb Formentera, así que la advertencia no cayó en saco roto.

Córdoba llega a la reunión a la que convocó a toda la Corporación, el 11 de diciembre. | C.C.

Córdoba llega a la reunión a la que convocó a toda la Corporación, el 11 de diciembre. | C.C.

Córdoba se negó durante varios días a dar explicaciones, pese al malestar de sus socios de gobierno y la oposición y a la insistencia de los medios de comunicación. Y cuando las dio no convencieron a nadie y ahí comenzó la guerra.

Guerra abierta en el Consell de Formentera

Guerra abierta en el Consell de Formentera

En otra nota críptica, aunque bastantes más larga que la primera, el presidente explicó que, tras varios meses de intentarlo, había logrado un encuentro con Prohens, pero que esta no acudió a la cita. En ella quería hablar sobre algunos temas de interés capital para Formentera, como la triple insularidad, el deslinde de costas y el acceso a la vivienda, por lo que interpretó el plantón de la presidenta del Govern como un desplante hacia él, pero sobre todo hacia los ciudadanos de Formentera, a los que representa.

Peticiones de dimisión

Por fin, quedó con sus socios de Sa Unió para dar explicaciones y, al día siguiente con toda la Corporación municipal de Formentera. Pero los consellers del PP y Compromís salieron de los encuentros con las caras más largas que con las que habían llegado y asegurando que las razones de Córdoba no tenían «ningún sentido». Tras reunirse las ejecutivas de los dos partidos que forman Sa Unió la sentencia estaba clara y así se lo hicieron saber en un nuevo encuentro. Querían su dimisión.

Pero Córdoba se negó en redondo a dimitir, ni ante las propuestas de sus consellers ni ante el enviado de Prohens desde Mallorca. No solo no iba a dimitir sino que reclamaba la dimisión de dos de sus vicepresidentes, ambos del PP, José Manuel Alcaraz y Verónica Castelló, a los que acusaba de haber urdido «un asalto al poder».

Y es que antes de las reuniones los ventiladores habían comenzado a funcionar. Desde Sa Unió acusaban a Córdoba de haber obrado no por el interés general, sino por el propio y divulgaron que el presidente está arruinado y que había exigido un sobresueldo a cargo de los fondos reservados del Govern, unos fondos reservados que no existen.

Córdoba contestó acusando a Alcaraz de traición, de haber trabajado a sus espaldas para aparecer por sorpresa en un encuentro con Prohens sobre el deslinde. Según su versión, en ese encuentro le habrían reconocido que la promesa con la que concurrieron a las elecciones de elaborar un nuevo deslinde a la medida de Formentera era mentira, ya que la Comunidad Autónoma carece de competencias.

Así las cosas, al cierre de esta edición el gobierno de Formentera se mantiene en un equilibrio inestable y a punto de saltar por los aires. Con las peticiones de dimisión sobre la mesa pero aguantándose para aprobar el presupuesto de la institución. Las cuentas han sido elaboradas por Alcaraz y tanto los consellers de Sa Unió como el presidente las apoyan. Una crisis con muchos capítulos aún abiertos y muchas incógnitas por despejar.