Si bien el calentamiento en mayo y junio es un proceso totalmente normal relacionado con el ciclo anual, el Sistema de Observación y Predicción Costero de Baleares (Socib) ha detectado este año en las islas que dicho calentamiento se ha producido «de forma rápida y muy intensa».

Ese calentamiento se aprecia al comparar los datos de la temperatura superficial del mar obtenidos por satélite desde 1982, en mayo y en junio en Balears. En mayo, la anomalía en la zona del mar Balear respecto al promedio en el período 1982-2015 se ha situado entorno a los 2°, con un máximo de 2,14°; mientras que en junio se alcanzó una anomalía de 3,56° en la misma zona.

Según el Socib, todo el Mediterráneo occidental ha estado sometido a un calentamiento intenso durante junio, que no se ha dado del mismo modo en el Mediterráneo oriental, donde las anomalías ha estado más cercanas a 1°. La temperatura promedio del mar Balear se sitúa en torno a los 15,5° en el mes de mayo y los 21,5° en el mes de junio.

Por ejemplo, los datos de temperatura superficial en la boya de Socib del Canal de Ibiza muestran que a principios de mayo era de unos 16,5° y que desde entonces se ha producido un calentamiento significativo en dos períodos bien definidos, entre el 7 de mayo y el 5 de junio, y entre el 13 y el 18 de junio.

Los registros de la última semana de junio en esa boya indican que la situación tiende a normalizarse, habiendo descendido de los 26,37° del lunes 26 a 24,27° el día 28.

La evolución de la temperatura de superficie desde 1982 hasta 2017 en el mar Balear revela que la mínima, que se registra entre febrero y marzo, es más alta que en los nueve últimos años.

En cuanto a las repercusiones que podría tener ese calentamiento del mar, el director del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea CSIC-UIB), Jorge Terrados, indica que los estudios revelan que podría ser negativo para varias especies marinas, como las praderas de posidonia, una especie trascendental en el Mediterráneo. «Los trabajos de laboratorio sugieren que a partir de 29° la Posidonia oceanica podría empezar a experimentar consecuencias negativas», detalló.

En concreto, un trabajo de la científica Núria Marba plantea la hipótesis de que veranos cálidos, «con muchos días con aguas muy cálidas, cercanas a 29°, producen un aumento de floración de posidonia y también un aumento de la mortalidad de la misma», explica.

Por otra parte, Terrados advierte de que «hay un alga invasora, la Lophocladia lallemandi, que podría desarrollarse más si la temperatura se acerca a 29°». El desarrollo de esta alga roja puede afectar a su vez también de manera negativa a la posidonia, «especialmente si ya está perturbada por otros factores que han reducido su densidad o abundancia».