En pleno invierno, observas, en la playa, una rara ave marina que persigue bancos de pequeños peces a poca profundidad. La has visto, casi de refilón, sumergirse con la rapidez de un torpedo y supones, precipitadamente, que debe ser un cormorán. Pero lo dudas porque te ha parecido vislumbrar un destello blanco en el plumaje negro, así que esperas a que regrese a la superficie para cerciorarte. Y, cuando emerge, por un momento, crees estar viendo un pingüino. En Ibiza. En la playa. Vuelve a sumergirse y, bajo el agua parece más un torpedo que un ave.

No es un pingüino. Ni un torpedo. Es un alca común (Alca torda), un gavot o pingdai en catalán, un peculiar visitante de invierno que emigra desde los países del norte europeo buscando aguas algo menos frías. Las recuperaciones de aves anilladas indican que la mayoría de las alcas que llegan al sur proviene de las Islas Británicas, según el 'Atlas de las aves en invierno en España 2007-2010', un trabajo de SEO/Birdlife editado con el Ministerio de Medio Ambiente en el que no se descarta que muchos ejemplares no anillados procedan también de Escandinavia y que explica que es una de las especies invernantes que llega más tarde al litoral español, sobre todo a las costas gallegas y del Cantábrico.

De Gales a Sant antoni

De Gales a Sant antoniEn Ibiza, concretamente en Sant Antoni, se recuperó hace unos años un alca nacida en Pembrokeshire, en Gales, aunque desde el Grup d'Ornitologia Balear (GOB), que recoge datos de avistamientos, resaltan que el número de citas es muy bajo y que se desconoce el lugar de procedencia de la mayoría de los individuos de esta especie que llegan hasta Balears, que suelen ser juveniles.

Un ejemplar de alca torda buceando en aguas pitiusas. Foto: Joan Costa

«Las primeras citas de alcas en las islas se registran en el mes de noviembre, y pueden volver a verse en febrero y marzo», añade el ornitólogo Oliver Martínez, agente de Medio Ambiente. El año pasado fue «un año excepcional» para observar a este sorprendente álcido en las costas, lo que probablemente se explique por las intensas borrascas que asolaron las Islas Británicas, que motivaron que más individuos emigraran hacia el sur.

Según señala Oliver Martínez, no suelen verse muchos ejemplares de Alca torda, aunque muestra predilección por zonas marinas someras, como las playas, bahías, desembocaduras de ríos e incluso puertos; el ornitólogo recuerda haber visto varios ejemplares en el puerto de Vila. Tal hábitat preferente las hace cercanas y relativamente sencillas de observar cuando llegan al litoral balear. Por contra, existe otra especie cuya presencia también sorprende en estas latitudes pero, «al ser más pelágico», su detección es menos habitual si no es en los islotes, mar adentro. Esta otra especie es el frailecillo (Fratercula arctica), que también tiene cierto aspecto de pequeño pingüino.

En el informe del último recuento de aves acuáticas invernantes en Balears, del invierno de 2015 y principios de 2016 y publicado en el anuario ornitológico del GOB, se destaca que el año pasado se vieron alcas en todas las islas y que algunas de ellas llegaron en mal estado y murieron. «A pesar de que este ave no está considerada una rareza, sí es muy escasa y sorprendió su presencia continuada durante varias semanas en playas y puertos de Mallorca, Menorca e Ibiza», se señala en dicho informe.