El Recinto Ferial es el (caluroso ) escenario del primer desfile de la 45 edición de la pasarela Adlib, que este año se divide en dos días: ayer tocó el turno a los diseñadores, 14 en total, más transgresores, las tendencias más «frescas y vanguardistas», como la presentadora Tita Planells se encargó de destacar al inicio. Un millar de personas asistieron a este pase, que tuvo a Sheila Márquez como destacada top model.

Cuarenta modelos, 10 de ellos hombres, se pusieron a las órdenes de los diseñadores ibicencos en un desfile que duró dos horas y en el que los abanicos sirvieron para aliviar el bochorno. El aire acondicionado del Recinto no da para más. Otra de las diferencias respecto a la edición de 2015 (derivada de haberse dividido en dos días) fue que si hace un año solo había ocho pases por marca, ayer hubo 15.

Abrieron la noche las ´diosas guerreras del mundo´ de Beatrice San Francisco, de inspiración étnica y tribal y que combinaban tocados extravagantes, cadenas, calados, puntillas, plumas y oros, platas, grises y beige. Sus artífices califican la ropa que ayer mostraron -que como todas forma parte de la colección de 2017- de experimental. Fue una de las mejores propuestas de la noche, según algunas blogueras de moda que no perdieron ojo a esta línea. Le siguió la misma marca pero para hombre, con ropa de colores crudos, naturales, mezclados y con predominio del azul, así como patchwork que lucieron modelos de mirada ice, a lo Zoolander: «Rollo grunge y edgy [estilo rockero con toques sexys, según los expertos»], define su autor, Francisco. De estilo edgy hubo de sobra anoche.

Le siguió Evitaloquepuedas, con sus tejidos de punto de seda, prendas de talla única cuya versatilidad se encargaron de mostrar las modelos en la misma pasarela. Es lo que Eva Merino, impulsora de esta marca, denomina glam beach, o cómo «llevar el glamour a la playa» con su variado y vivo colorido.

Jannine Helbling mostró su transgresora moda de baño, piezas de licra con formas geométricas y transparencias realzadas por intensos colores salmón, turquesa y blanco. Rebeca Ramis también enseñó sus creaciones para el baño, en las que la autora ha optado por la fresca fusión del agua turquesa y de las playas de arena blanca de algunas calas de las Pitiusas. Por eso, en sus tejidos de algodón y nailon predominan el color blanco, la puntilla, el turquesa y el verde azulado.

Aunque Ibiza-Stones dice basarse en el estilo punk rock de la modelo brasileña Alice Dellal y en el grunge de Nirvana (el unplugged de la MTV parece que fue su fuente de inspiración), los modelos pasaron su ropa al son del ´Highway to hell´ de AC/DC, que de grunge tiene poco. Son prendas vintage customizadas y tuneadas donde, para que quede claro, aparece mucho la palabra grunge, esa tendencia musical de comienzos de los 90 que, que se sepa, no era muy proclive a taconazos de un palmo como los que lucieron las modelos, o a la purpurina y las lentejuelas. Kurt Cobain debe rabiar en su tumba ante semejante afrenta a los gloriosos y andrajosos principios grunge.

Tanit Jeans se centró, cómo no, en el denim, que es la manera cool de llamar al tejido vaquero. El blanco y el azul son las principales tonalidades de sus diseños frescos y con aires hippys.

Con su apuesta por la moda sostenible (fashion slow, en contraposición a la moda industrializada, o rápida), tejida con materiales elaborados artesanalmente y tintes naturales a base de plantas y flores, Nanou Coutur recibió una de las más calorosas acogidas por parte de los asistentes a la gala, quizás porque valoran que emplee materiales orgánicos y respetuosos con el medio ambiente.

El tema ´Du Hast´, de Rammstein, marcó casi a ritmo marcial el pase de K de Kose Kose, estética militar con gorros y rusos que parecían sacados de un búnker siberiano del Ejército Rojo. La marca fusiona los estilos boho, sabotage y vintage para crear el bohotage, que es la repera limonera. Y una versión de Macy Gray del ´Creep´ de Radiohead ambientó el desfile de Giardina Jewels de joyas y bolsos.

Cuando le tocó el turno a Marisa Cela, dio la impresión de que Vicent Torres, presidente del Consell Insular, sujetaba a la vicepresidenta del Consell y responsable de promoción de la moda, Marta Díaz, para que no se lanzara a la pasarela... O quizás fue una ilusión pasajera provocada por el sofocante calor. El caso es que Díaz vestía ayer un elegante traje negro de Marisa Cela (a la que aplaudió a rabiar) y pendientes de Giovanni.

También fue muy aplaudida la colección de Linnea, pese a ser la primera vez que desfilaba y a que, según las expertas en alta costura que asistían al pase, podía haber desfilado perfectamente en la sesión de los clásicos de hoy con su estilo romántico y boho-chic.

Juanna Mestres apostó por la sensualidad con sus ´Crazy mermaids´, una colección donde aparecen tules, encajes y lentejuelas, blancos, rosas, grises y negros.

La pasarela tuvo un final apoteósico con World Family, una familia entera que desde la abuela al novio de la nieta elaboran todo a mano para que cada pieza sea exclusiva... Incluso el tema que sonó en el pase.