«La primera reflexión que hay que hacer es la posibilidad de que haya otras hembras anidando en las playas de Ibiza y aún no lo sepamos». Para el biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Adolfo Marco, uno de los grandes expertos del mundo en tortugas marinas, el hecho de que un ejemplar joven de 'Caretta caretta' se haya acercado a desovar en la costa ibicenca «no es un accidente ni es una anomalía», sino que indica que estos animales están buscando nuevas zonas de desove con las temperaturas adecuadas que ya no se dan en sus áreas de nidificación habituales.

Adolfo Marco lleva muchos años trabajando con tortugas en Cabo Verde, la única colonia de anidación del Atlántico occidental, donde se ha detectado que el aumento de las temperaturas está provocando que sólo nazcan hembras, lo que puede hacer inviable la supervivencia de la especie; en algunos reptiles la temperatura ambiental de incubación determina el sexo de las crías y, en el caso de las tortugas, más de 25 ó 26 grados dan como resultado generaciones de hembras.

«En la isla más fría de Cabo Verde, un 85 por ciento de los individuos que nacen ya son hembras. En 40 ó 50 años ya no habrá machos», explica Marco. En otras zonas de anidación como Florida ya hay un porcentaje de hembras de un 90 por ciento y se están desplazando al norte para desovar, por lo que incumplen la pauta de regresar a anidar al lugar en el que nacieron. Es, posiblemente, el mismo desplazamiento hacia arenas algo más frías que ha llevado a las tortugas a colonizar nuevas zonas en el Mediterráneo.

Una tortuga en Santa Eulària

Tras este primer análisis, y centrando el asunto en el caso concreto de la tortuga que en la primera semana de junio ha intentado desovar primero en el Port de ses Caletes, luego en la playa de Santa Eulària y probablemente también en es Figueral, la oceanógrafa Verónica Núñez, del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM), explica que en estos momentos permanece activo un protocolo de espera para intervenir en nuevos casos o si esta misma hembra vuelve a intentarlo. Para ello, no sólo los agentes de Medio Ambiente, tanto de Ibiza como de Formentera, se mantienen alerta sino que se ha instruido a los servicios de limpieza de playas para que estén atentos a las posibles marcas que las tortugas puedan dejar en la arena al salir a poner los huevos (muy características y remarcables).

«La llegada de esta tortuga ha sido una gran noticia y tenemos que estar pendientes para intervenir si se produce un desove», señala Núñez. En caso de localizar un nido, habrá que decidir si, en función de las condiciones de la playa y la temperatura, resulta oportuno retirar los huevos, usar una incubadora y cuidar de las crías durante un año para después soltarlas al mar.

La tortuga fue detectada por primera vez en es Port de ses Caletes, donde un turista belga decidió enfocarla con los faros de un coche y colocarle dos peluches encima para fotografiarse con ella, una actitud que le ha valido que el servicio de Protección de Especies de la conselleria balear de Medio Ambiente abra un expediente con posibilidad de multa.

«No hay que molestarlas»

«A los ciudadanos hay que darles un mensaje básico», señala el jefe de este servicio, Joan Mayol, «no hay que molestarlas y si se encuentran con alguna hay que llamar al 112, donde ya están al corriente de a quién deben avisar y están ahí las 24 horas del día». Molestar a un animal en peligro de extinción mientras desova puede suponer un delito, remarca Adolfo Marco, que ofrece unas indicaciones básicas para no asustar a una tortuga: «No acercarse nunca por delante, no darle luces y que no noten movimiento cerca».

Ninguna de estas tres reglas básicas se cumplió el Port de ses Caletes. Al día siguiente, el miércoles día 3, la tortuga intentó desovar, sin éxito, bajo una farola en plena playa de Santa Eulària, donde de nuevo fue molestada. Fue en ese momento en el que se tuvo conocimiento de la existencia de esta hembra merodeando la costa pitiusa intentando desovar. Las dos noches siguientes, técnicos de medio ambiente, personal del CREM y hasta una treintena de voluntarios se dedicaron a patrullar las playas, desde sa Cala hasta incluso es Cavallet y sa Caleta, esperando encontrarla.

En la noche del jueves, después de las tres de la madrugada, el animal salió cerca de la desembocadura del río de Santa Eulària. Intentó hacer el nido a más de 20 metros del agua. Excavó, pero dio media vuelta hacia el mar sin desovar. En ese momento, técnicos de Medio Ambiente y la oceanógrafa del CREM aprovecharon para medirla (72 centímetros de longitud curva por 62), ponerle un chip y una anilla en una aleta. Las fotografías de este reportaje han sido usadas también para la fotoidentificación del animal.

El hecho de que el animal haya salido en una playa que, en principio, parece tan poco adecuada no sorprende a Adolfo Marco, que señala que en Grecia estos quelonios anidan en playas muy ocupadas y que, en el Mediterráneo español, se han registrado nidificaciones en Tarragona y en plena playa de San Juan, en Alicante.

«Las condiciones en Ibiza son buenas. Se dan las condiciones adecuadas y además quedan playas y calas muy tranquilas». El biólogo, que actualmente investiga en la estación biológica de Doñana, incluso va más allá y traza en su mente un escenario en el que las Pitiusas pudieran usar el desove de las tortugas bobas ('Caretta caretta') como un atractivo turístico, como ya hacen Cabo Verde o Costa Rica. «Estamos ante algo extraordinario, que puede ser fantástico para Ibiza», asegura.