Pepita Gutiérrez, alcaldesa de Sant Antoni, abandona el Ayuntamiento con sabor agridulce, según manifestó ayer durante un desayuno informativo en el que hizo balance de su actuación desde que fue elegida en 2011. Por un lado dice sentirse «orgullosa» de todo el trabajo hecho, especialmente «de puertas para adentro» del Consistorio. Por otro reconoce que han sido cuatro años en los que se han encadenado crisis tras crisis (la dimisión de dos ediles, el problema de la piscina de Can Coix, las Normas Subsidiarias...) y que la traca final han sido las imputaciones de ella y de un par de ediles de la Corporación por el caso del aparcamiento de la plaza de España -que de momento le impide formar parte de las candidaturas del PP en los próximos comicios-, así como el trago del catálogo de protección patrimonial referente a las casas payesas, que sublevó a medio campo.

Gutiérrez cree que los vecinos apreciarían de otra manera su mandato si la recesión no se hubiera manifestado tan crudamente entre los años 2011 y 2013: «Hay legislaturas para gastar y otras para pagar. Esta ha sido para pagar», contó ayer con amargura.

Gutiérrez negó que eche en cara a su antecesor, Pepe Sala (que la sustituye en la candidatura del PP a la alcaldía), que le dejara una herencia económica explosiva, si bien «la situación era la que era y la deuda era la que era. Aquí y en todas las administraciones». Eso sí, el próximo alcalde se encontrará, según afirmó ayer, con unas arcas «saneadas» que poco tienen que ver con las que le legaron. La alcaldesa recordó que la deuda ascendía a 19,2 millones de euros cuando asumió las riendas del Ayuntamiento en 2011. Actualmente es de 10,1 millones, de manera que ha sido reducida un 47% en ese periodo. «No se puede gastar más de lo que se tiene ni uno se puede endeudar por encima de sus posibilidades», indicó ayer sin mencionar a nadie, aunque sonaba a reproche a Sala.

Preparado para endeudarse

Después de cuatro años en los que «no ha habido ninguna inversión espectacular» -de esas de las que puede presumir el político responsable-, «el Consistorio ya está preparado para hacer frente a inversiones y endeudamiento», según Gutiérrez. Por ejemplo, para construir el nuevo cementerio. O para ampliar una cuarta parte la plantilla de la Policía Local, una de sus asignaturas pendientes.

En ese sentido, la alcaldesa cree que «el ciudadano no aprecia todo el esfuerzo que se ha hecho», sacrificios que al final «han redundado en mejoras para el pueblo». Destacó los cambios introducidos en el Consistorio, como la sede electrónica y la implantación del programa informático Gestiona, pero al mismo tiempo reconoció que esas mejoras «de puertas para adentro» son difíciles de apreciar por los votantes.

Entre los logros de los que se siente «orgullosa» se encuentra la limpieza, y espera que antes de acabar su mandato ya estén listos los pliegos de condiciones de la nueva contrata. También confía en que en un par de semanas concluyan los trabajos de mejora del aparcamiento de la plaza de España, de manera que «pueda estar a disposición del concesionario para que este lo abra o no». El hecho de que la empresa se encuentre en concurso de acreedores hace que la situación «sea delicada» y que sea complicado saber qué sucederá en los próximos meses.

«No queremos más cemento»

Respecto al urbanismo, insistió en que se equivoca quien criminalice las nuevas Normas Subsidiarias: «No queremos que se construya en la costa ni más cemento», y recordó al respecto que la ley estatal de Costas impide edificar a menos de 100 metros del litoral, «algo que se debe cumplir a rajatabla», subrayó. Sobre los asentamientos en medio rural (AMR), criticados por la oposición y uno de los principales motivos de la manifestación convocada el pasado domingo por Reinicia, insistió en que «permite dar solución a un problema existente; no se puede mirar hacia otro lado». Gutiérrez indicó que el actual Plan General de Ordenación Urbana del municipio data de 1987, por lo que urge actualizarlo.

En cuanto a las 150 personas que participaron en la manifestación del domingo bajo el lema ´Prou ciment´, dejó caer que en el pleno que se celebra esta mañana se aprobará un nuevo padrón municipal que cifra en 23.359 los vecinos que hay en Sant Antoni: «No sé si son muchos o pocos los que se manifestaron. En el padrón se da esa cantidad. Que cada cual saque sus conclusiones».