Imagen y poesía conforman a menudo un feliz maridaje artístico. Es el caso de la exposición ´Escenas etiopes´ que presenta el Club Diario hasta el próximo 6 de marzo, con fotografías en blanco y negro de Joaquim Seguí y poemas de Carles Fabregat; un adelanto del proyecto de libro que los dos amigos tienen en cartera en torno al viaje que, con tal propósito, hicieron a Etiopía en marzo de 2014. Sin que, sospecho, esté descartada la idea de ampliar el proyecto a un trabajo audiovisual, dada la pasión cinéfila de Fabregat y la experiencia del que hizo sobre Irlanda. En cuanto a Seguí, es la segunda vez que retrata al paisaje y paisanaje del país africano, del que saca un partido plástico hermoso, poético y a veces dramático por las duras circunstancias sociales del entorno. Imágenes a las que le vienen como anillo al dedo los pies de foto líricos de Carles, algunos colgados junto a las fotos, en el catalán original, castellano e inglés (traducidos por Ben Clark). Una propuesta que merece la pena visitar; mejor si están allí los autores; pero también con la eficaz guía del encargado de la sala, Toni Planells, él mismo fotógrafo y artista interdisciplinar de mérito.

Y más fotografía, arte en alza en estas islas, tanto a nivel profesional como de aficionados que quieren aprender y enseñar sus trabajos, aunque sólo sea en la red, escaparate tan propicio para la divulgación urbi et orbe de todo lo que se nos pase por la cabeza, o por la cámara. Se trata de la muestra que presenta estos días la sala de cultura Sa Nostra, ´Mirades obertas a la Natura´, con patrocinio del Govern y del Institut d´Estudis Baleàrics. Trabajos de varios fotógrafos del archipiélago balear que saben mirar con arte al espectáculo de la naturaleza, tan rico en sugerentes posibilidades como las que ofrece nuestro rincón mediterráneo, a pesar del excesivo cemento que le han hecho tragar en las últimas décadas turísticas. Echo en falta muchos nombres, pero entre ellos hay algunos fotógrafos interesantes más o menos conocidos y próximos: Joan Costa, Vicent Guasch, Oliver Martínez, José A. Porras y Manu San Félix, uno de los mejores para mi gusto, por su sensibilidad crítica y su delicada mirada comprometida con los fondos marinos de su adorada Formentera.

La exposición de Sa Nostra coincide en el tiempo (y no es casual, claro) con la celebración del día de la Comunitat balear, concepto que no parece que haya arraigado mucho en los isleños, a pesar de los esfuerzos que ponen en ello algunas instituciones, mayormente públicas, aunque también privadas. Tal es el caso de la Fundació Baleària. El tema es enjundioso para meterle mano desde distintos ángulos, desde luego, pero no estoy de humor para meterme en semejante fiasco ni, acaso, tenga uno capacidad analítica suficiente para darle un enfoque objetivo. Pero aprovechando el festejo, señalaría que por lo que uno ve y siente cuando habla del tema con gente de esta y de las otras islas baleares, hay entre las cuatro muchas más distancias de distintas clases que las que indican las distancias físicas. Y, también, cierto rencor histórico por el abuso de poder de Mallorca respecto a sus compañeras de archipiélago. Así que aquel viejo eslogan de uno de los gobiernos progresista de ´Quatre illes, un país´ sigue pareciéndonos más voluntarioso que real.

Hay que ver cómo se acumulan los libros que uno tiene pendiente de leer. No hay forma de ponerse al día con ellos por más que le dedique tiempo y más tiempo, pues es la actividad que más me gusta realizar en esta fase jubilosa y jubilada de mi dispersa biografía. De los últimos leídos, recomendaría algunas novelas que me han gustado, como ´Ese príncipe que fui´, de Jordi Soler (Alfaguara), una gozada sin desperdicio, histórica, irónica y apasionante, que se deja leer de un tirón. ´Los dos hoteles Fráncfort´, de David Leavitt (Anagrama), también con trasfondo histórico, muy bien escrita, con amores excéntricos y el sugerente escenario de la Lisboa de 1940. O la que estoy leyendo en estos días: ´Blitz´, de David Trueba (Anagrama), que me está gustando bastante. Y de poesía, género, ay, que me da pereza últimamente, la ´Canción del distraído´, de Vicente Valero (Vaso Roto); ´Ahora solo bebo té´, de Andrés Catalán (Pre-Textos); ´Animal absoluto´, de Rubén Tejerina (Hiperión), y ´El punto K´, de David Hernández Sevillano (Eurisaces Editora). Propuestas que apunto aquí por si alguien anda pensando ya en Sant Jordi.