«No es algo que suceda normalmente, pero puede pasar». El gerente de la naviera Mediterránea Pitiusa, Gerardo Ferrero, explicó ayer de esta manera tan lacónica el incidente que sufrió el catamarán ´Blau de Formentera´, cuando un golpe de mar le arrancó más de cuatro metros de la estructura de la amura de estribor, por encima de la cubierta.

A pesar de la aparatosidad del incidente, no hubo que lamentar daños personales. Ferrero asegura que el pasaje, alrededor de 40 personas, «no se enteró de nada hasta que llegaron a puerto y desembarcaron». Fue entonces cuando algunos se percataron de que faltaba parte de la amura de proa . «¡Se llevaron una buena sorpresa!», relató entre risas el gerente de la naviera, quien insistió en que «fue más el susto, porque no hemos chocado contra nada ni ha pasado nada realmente peligroso».

Pasado el islote Castaví

Según el relato de Ferrero, que iba a bordo de la embarcación porque tenía que coger un vuelo a Barcelona, todo sucedió apenas veinte minutos después de zarpar de la Savina hacia Ibiza a las 15.30 horas. «Al pasar [el islote de] Castaví y llegar a es Freus, con viento de poniente y con olas altas, remontamos un poco hacia es Vedrà y luego pusimos popa [al viento]. Entonces hicimos surf con una ola que nos cogió de popa y nos metió en la siguiente. Al subir de nuevo la proa, la presión del agua que había acumulado, que cazó muchísima, arrastró varios metros de un embellecedor que hay en la parte de la cubierta de proa, que es de aluminio». En concreto en la amura de estribor.

Entonces, el barco moderó la velocidad y el capitán decidió seguir hacia Ibiza después de comprobar que los daños no ponían en peligro la integridad de la embarcación. «Fue mala suerte, surfeas sobre una ola y tienes que dejar al barco que vaya donde vaya. En este caso nos hizo sumergir la proa sobre la siguiente ola, lo que hizo que recogiera mucha agua y, al emerger, la presión de tanta agua reventó esta pieza de aluminio».

El gerente de Mediterránea Pitiusa explicó que tras una primera revisión han podido comprobar que no hay daños estructurales que afecten al casco del catamarán: «Será todo chapa y pintura». También explicó que el ´Blau de Formentera´ estaba navegando porque las otras tres embarcaciones de la naviera están «en mantenimiento» una vez finalizada la temporada de verano. De hecho, el barco accidentado debía dejar la línea «en 15 días». «Nos ha fastidiado parte del invierno. Mañana [por hoy] pondremos el ´Menorca Express´» en la línea, señaló Ferrero.

Mientras, el ´Blau de Formentera´ quedará amarrado en la Savina, ya que después de desembarcar el pasaje en Vila tras el incidente, la naviera decidió que hiberne en Formentera.

En dique seco en marzo o abril

Ahora, se presentará en el juzgado de guardia una protesta de mar (acto mediante el cual el capitán, la tripulación o el naviero, cuando han tenido conocimiento directo de un accidente que pueda afectar a su responsabilidad, la de sus principales y dependientes, declaran los pormenores ante la autoridad) y se dará aviso a Capitanía Marítima y a los inspectores para ver «qué tipo de reparación hay que hacer y descartar que haya daños ocultos» en el casco.

El barco será reparado en Palma aprovechando su cita anual con el dique seco para cumplir con la inspección a que obliga Marina Mercante. «Entonces, en marzo o abril y con todo valorado por el seguro y con los arreglos que sabremos que hay que hacer, aprovecharemos la parada ya prevista y procederemos a reparar lo que sea necesario», indicó el gerente de la naviera.