­«A la tercera va la vencida». El refranero popular, repleto de sabiduría, define la última aventura protagonizada por Iulian Jugarean, ciudadano de origen rumano, que el pasado 3 de septiembre consiguió cruzar los casi 150 kilómetros de mar abierto que separan Cullera y Ibiza a bordo de un destartalado catamarán sin timón ni navegación por GPS.

Tras varios intentos fallidos ante la actuación de los cuerpos de seguridad „el primero a mediados de agosto„, este «trotamundos» consiguió su objetivo de alcanzar tierras pitiusas por mar. Según relata en su perfil de la red social Facebook „que acompaña con el lema Eternallifenow (vida eterna ahora en inglés)„, en los últimos meses ha visitado distintos puntos de la Comunidad Valenciana, tras llegar procedente de Cataluña. Las Pitiusas son su último destino. Por ahora.

Aunque la aventura marítima entre Cullera y Ibiza no es su primera «hazaña mediática». Ni siquiera es la más sonada.

En octubre del 2011 consiguió aparecer en medios todo el mundo al quemar una biblia durante una misa oficiada por el papa Benedicto XVI en pleno corazón de Roma. Tal y como recogió el informativo de la cadena pública italiana RAI, el excéntrico rumano utilizó unos andamios usados para trabajos de restauración y escaló las columnatas de la basílica de San Pedro. A escasos metros del pontífice, se dirigió a gritos a la multitud congregada en el evento antes de quemar el libro sagrado de los cristianos.

Benedicto XVI oficiaba la canonización de tres nuevos santos y Jugarean se mantuvo en su posición durante más de 30 minutos, en los que departió con diversos miembros de seguridad. Tras calcinar una biblia de lomos verdes, se entregó a las autoridades. Desde el Vaticano lo definieron como «un perturbado» y anunciaron que iba a ser internado en un centro sanitario.

Sin embargo, Jugarean llegó a utilizar una imagen de su aventura en Italia como foto de perfil en las redes sociales, que acompañó con un escueto «he elegido vivir expresándome libremente».

Vídeos en Youtube y blog personal

Y es que Iulian Jugarean no es un hombre corriente. Un artículo sobre el suceso en Roma publicado por la página www.bitpress.ro apunta que tras dirigir una publicación impresa de su país «parece que ahora vive entre búsquedas metafísicas».

De hecho, posee una cuenta en Youtube titulada ´Individ. Eternallifenow´, en la que cuelga grabaciones de todas sus peripecias, además de un blog personal -en el que defiende su lucha contra el terrorismo «a través del amor»- y perfiles en las principales redes sociales. Londres, Mónaco o Bruselas han sido algunas de las estaciones del «peculiar» viaje que lo ha llevado por el Viejo Continente durante los últimos años.

Además de los hechos protagonizados en Roma, Iulian Jugarean también ha escenificado actos similares ante el Parlamento Europeo o ante la Casa de la Prensa de su país natal. De hecho, fue en Rumanía donde comenzó su andadura de protestas públicas. Engalanado con traje, amenazó con lanzarse desde un edificio mientras repartía folletos contra una presunta conspiración urdida por el gobierno. Su presencia no pasa desapercibida. Y su viaje aún continua.