Algunos trabajadores del aparcamiento subterráneo de Sant Antoni, gestionado por Subsuelos Urbanos y situado bajo la plaza de España, aseguran que medio año después de haber denunciado deficiencias e irregularidades en la gestión, estas persisten sin que el Ayuntamiento de la localidad haya intervenido para garantizar el buen servicio y correcto funcionamiento de esta concesión municipal. El pasado mes de febrero algunos empleados ya denunciaron que Endesa había dejado sin suministro eléctrico al aparcamiento y había retirado el contador al comprobar que la empresa titular no había cambiado el de obra (después de varios años) por uno definitivo. Poco después la situación se repitió en Santa Eulària, cuyo aparcamiento subterráneo gestionaba la misma empresa y donde también hubo problemas con el suministro eléctrico. Los trabajadores de ambas instalaciones denunciaron retrasos de meses en el cobro de sus nóminas y, tras sucesivas inspecciones e informes técnicos, el Consistorio acabó secuestrando la concesión en Santa Eulària. En Sant Antoni, sin embargo, los empleados denuncian que la situación se perpetúa sin que la Administración intervenga.

Tanque de combustible

Aseguran que desde que la compañía eléctrica cortó el suministro en febrero este no se ha vuelto a restablecer y el aparcamiento lleva seis meses funcionando con un generador que debería ser simplemente un apoyo en casos de emergencia. Denuncian asimismo que este motor quema combustible almacenado en un tanque de gasóleo de gran capacidad instalado en la escalera a la altura de la primera planta, frente al ascensor y en una zona accesible desde la calle, aspecto que ha podido comprobar Diario de Ibiza. Los empleados advierten de la peligrosidad de almacenar combustible en un subterráneo en el que permanecen estacionados vehículos y que está además situado bajo un parque infantil.

De hecho, la rejilla de ventilación del generador da a la plaza de España, a unos metros del parque, y afirman que por ella se escapan el ruido del motor pero también emanaciones de la combustión. Además, añaden que las mangueras contraincendios de la primera planta «no tienen presión ni agua». Aseguran que en los últimos tres años solo ha habido una inspección en estas instalaciones públicas.

A todas las deficiencias de seguridad, los empleados añaden las propias de la gestión. Explican que algunos llegan a trabajar 16 horas diarias, que a día de hoy se les adeuda el salario de dos meses y que el responsable de Subsuelos Urbanos continúa con prácticas como «entregar adelantos de 50 euros a cuenta de la nómina unos días antes de que se cumplan tres meses» de impago de salarios.