­Aunque no es exclusivo de la carretera de Santa Eulària, es en esta vía donde se observa una de las paradojas del transporte público ibicenco: pese a las elevadas tarifas que cobran las empresas, los viajeros no disfrutan de algunos servicios tan elementales y básicos como una simple marquesina en las paradas al objeto de guarecerse de la lluvia en invierno y cobijarse del sol en verano.

Durante la anterior legislatura, concretamente entre 2010 y 2011, el Consell implantó paradas con todos sus elementos (marquesina, apartadero asfaltado para los autobuses y acera para los peatones) en 5 de las 14 paradas de la carretera, concretamente en el tramo que va de Vila a Can Beia. Es en esta última parada donde el viajero puede disfrutar del mínimo de comodidades que se suponen lógicas para atender la llegada del autobús. A partir de ella y hasta Santa Eulària, la situación es impropia del mundo occidental: los usuarios del bus deben soportar la lluvia, el barro y el viento durante el invierno y, en verano, un sol abrasador durante gran parte del día.

Paradas sin señalizar

La mayor parte de la carretera carece de elemento alguno en sus paradas que indique siquiera dónde se encuentran estas y, por tanto, dónde se detendrá el autobús. Aunque los vecinos y usuarios habituales ya conocen la ubicación de estos puntos, no ocurre lo mismo con turistas o nuevos residentes, que a menudo ven pasar de largo el autocar por haberlo esperado en un emplazamiento incorrecto.

Con suerte, en algunas de estas paradas se observa un poste señalizador con horarios del servicio, pero la información no siempre está actualizada. En otros casos la empresa concesionaria, HF Vilàs, ha pegado con cinta adhesiva una hoja con los horarios en el tronco de un árbol (como sucede en Can Marçà) o a una farola, como pasa un poco más adelante.

La consellera de Movilidad y Medio Ambiente, Pepa Costa, afirma que «las paradas de autobús se van instalando o adaptando en las carreteras a medidas que estas se reforman», como ha sucedido en las carreteras de Sant Josep o Sant Miquel.

En el caso de Santa Eulària, «a la espera de que se produzca su reforma, se han ido incorporando en los últimos años paradas en lugares concretos, donde se consideraba más necesario y había demanda por parte de los vecinos». Entre estos sitios la consellera citó Can Guasch, «donde las obras se están ejecutando en estos momentos» y las marquesinas ya existentes en es Gorg, Ca na Negreta y Can Beia.

Sin fecha para más paradas

En cuanto a la posibilidad de seguir instalando las que faltan, la consellera evitó asegurar que vayan a dotarse de infraestructuras todas ellas: «Con la disponibilidad presupuestaria actual, se irá actuando allí donde se considere prioritario y, mientras tanto, se irá actuando de forma global en las carreteras que se vayan reformando». Sin embargo, no está prevista la reforma del tramo de carretera que va de Can Clavos a Santa Eulària.

No se detiene aquí la confusión que sufre el usuario del servicio de autobús en esta vía interurbana, ya que tampoco tiene fácil el residente o turista saber exactamente cuál es el listado de lugares donde parará el autobús que sale de Ibiza a Santa Eulària o viceversa. Si se tiene en cuenta el folleto que aparece pegado en las ´paradas´ y en el propio vehículo, el autocar puede detenerse en 14 puntos concretos del recorrido, aparte de sus lugares de salida y llegada. Sin embargo, si se hace caso del esquema que figura en la web www.ibizabus.com, solo hay seis paradas en las que el pasajero pueda apearse. El circuito válido es el que aparece en los folletos, según confirmó un empleado de HF Vilás, pero no, por tanto, el que figura en el página web.